Julio César Morales
La celebración del Día de la Candelaria es una fecha obligada para degustar unos ricos y deliciosos tamales, pero ¿de dónde nace o proviene esta tradición?
Este es un rito católico que deriva del nacimiento del niño Jesús y que para evitar ser sacrificado por Herodes fue ocultado por San José y la Virgen María.
Esto es representado cada 6 de enero cuando se corta la Rosca de Reyes Magos quienes, en esa fecha, se cuenta regalaron, a Jesús cofres con oro, incienso y mirra.
Las personas afortunadas que encuentran a uno de “los muñequitos” que representan a “Niño Dios” se convierten en sus padrinos y deben repartir tamales el día dos de febrero.
La señora Gloria afirma que es una tradición heredada por sus padres y que busca transmitir a sus hijos para que la preserven y la continúen sus nietos.
Hay una gran variedad de estilos de tamales, pero los tradicionales y que siempre se encuentran en cualquier esquina son mole rajas, salsa verde y dulce y que se disfrutan más dentro de una torta de agua o manteca.
Aunque como todo evoluciona ya hay “tamales gourmet” de huitlacoche, champiñones, queso Philadelphia con zarzamora, piña con coco, Nutella con crema y vainilla con crema, entre otros.
El costo varía dependiendo si son tradicionales o gourmet, su tamaño y si tiene una pieza de pollo, un buen trozo de carne de puerco o res e incluso queso.
Según los tamaleros el precio inicia desde los 15 pesos y se incrementa a 20 pesos si se trata de un tamal oaxaqueño o jarocho y aumenta un poco más si es gourmet para llegar a los 25 pesos.
Aunque es una tradición muy arraigada entre los mexicanos, la economía hace complicado en algunos casos cumplirla y hay quienes optan por prepararlos en casa para hacer rendir el dinero y preparar más tamales.
Ya sean preparados en casa o comprados con el tamalero de confianza lo importante es no perder esta tradición y degustar unos ricos y deliciosos tamales.
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