La inseguridad vuelve a golpear el Centro Histórico de Puebla. En las primeras horas de este lunes 16 de junio, la tienda departamental Sanborns ubicada estratégicamente en la 2 Oriente, entre 2 Norte y 5 de Mayo, y a espaldas del Palacio Municipal, fue víctima de un nuevo “cristalazo”. Este incidente marca la segunda ocasión en menos de un mes que este mismo establecimiento es objeto de un robo bajo la misma modalidad, evidenciando una preocupante vulnerabilidad y la audacia de los delincuentes.
Un patrón de robos: Misma modalidad, mismo objetivo
El ataque al Sanborns del Centro Histórico se perpetró en la madrugada del lunes. Según los primeros reportes y el testimonio de la activación de la alarma de seguridad alrededor de las 6:00 AM, los asaltantes actuaron con rapidez y precisión.
La mecánica del robo fue idéntica a la ocurrida el pasado 23 de mayo de 2025: los delincuentes utilizaron la fuerza para romper el cristal de la entrada principal del establecimiento, creando una abertura por la cual ingresaron para apoderarse rápidamente de la mercancía.
Los artículos que los asaltantes lograron llevarse en esta ocasión fueron principalmente de las áreas de perfumería y relojería. Aunque el valor exacto de lo sustraído no ha sido cuantificado ni revelado por las autoridades, se presume que se trata de productos de alto valor, dada la naturaleza de los artículos que comercializa Sanborns.
En el asalto anterior, el 23 de mayo, se reportó el robo de al menos 40 perfumes de alta gama, cada uno valuado en más de 2,500 pesos, lo que sugiere que las pérdidas económicas para la tienda son significativas en cada uno de estos incidentes.
Detalles de los perpetradores y la huida
Las descripciones sobre los responsables del “cristalazo” del lunes 16 de junio varían ligeramente entre los reportes iniciales, lo que es común en las escenas del crimen donde la información es fragmentada. Algunas fuentes indican que el atraco fue perpetrado por tres hombres vestidos de negro. Otros reportes señalan la participación de individuos que se desplazaban en una camioneta de color blanco.
Es posible que ambos detalles se refieran a los mismos delincuentes, o que exista una combinación de roles en la operación. Lo que sí es consistente en todas las informaciones es que los asaltantes actuaron con gran velocidad. A pesar de que la alarma de seguridad de la tienda se activó, lo que alertó a las autoridades, los delincuentes lograron escapar antes de la llegada de los cuerpos de seguridad.
Cuando los elementos de la Policía Municipal arribaron al lugar de los hechos, solo encontraron el cristal roto y el desorden provocado por el robo, sin rastro de los perpetradores. Tras la confirmación del robo, se puso en marcha un operativo de seguridad en la zona del Centro Histórico con el objetivo de localizar a los responsables y evitar que nuevos incidentes ocurrieran.
Sin embargo, hasta el momento de la redacción de esta nota, no se ha informado sobre detenciones relacionadas con este “cristalazo”. Es importante destacar que, al tratarse de un robo en la madrugada y con el establecimiento cerrado, no se reportaron personas lesionadas, lo cual es un alivio dentro de la gravedad del suceso.
La preocupante recurrencia: Dos ataques en menos de un mes
La recurrencia de este tipo de robos en el mismo establecimiento, y con la misma modalidad, genera una gran preocupación tanto para la tienda afectada como para los comerciantes y residentes del Centro Histórico de Puebla. El hecho de que este Sanborns, ubicado en una zona céntrica y de gran afluencia, sea blanco de ataques repetidos, plantea interrogantes sobre la efectividad de las medidas de seguridad y la capacidad de disuasión ante la delincuencia.
El primer “cristalazo” ocurrió el 23 de mayo de 2025. En aquella ocasión, los ladrones, que se desplazaban en una camioneta de color verde, también rompieron la vitrina principal para llevarse una gran cantidad de perfumes. La similitud en el modus operandi y el objetivo de los robos sugiere la posibilidad de que se trate del mismo grupo delictivo o de células criminales que han identificado un patrón de vulnerabilidad en el establecimiento.
La existencia de un video del incidente del 16 de junio, mencionado por una de las fuentes, podría ser una pieza clave para las investigaciones. Las grabaciones de las cámaras de seguridad del establecimiento, así como las de los negocios aledaños o del sistema de videovigilancia municipal, serán cruciales para la identificación y posterior captura de los responsables.
Llamado a reforzar la seguridad en el Centro Histórico
Este nuevo ataque a un negocio emblemático en el Centro Histórico de Puebla subraya la necesidad de reforzar las estrategias de seguridad en esta zona de la ciudad, que es un polo turístico y comercial. Los comerciantes y la ciudadanía esperan que las autoridades implementen medidas más efectivas para prevenir este tipo de delitos, que no solo generan pérdidas económicas, sino que también afectan la percepción de seguridad y la confianza en el ambiente de negocios.
La coordinación entre la Policía Municipal, la Policía Estatal y los comerciantes para establecer protocolos de seguridad más robustos, así como la inversión en tecnología de vigilancia y alarmas, podrían ser pasos fundamentales para contrarrestar esta oleada de “cristalazos” y proteger el patrimonio de los negocios y la tranquilidad de los habitantes del Centro Histórico.
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