Gabriela García
El Día de la Candelaria, celebrado el 2 de febrero, es una de las festividades religiosas más importantes en México. En esta fecha, los católicos conmemoran la presentación de Jesús en el templo, 40 días después de su nacimiento.
“El pasaje de San Lucas, que es el fundamento de esta celebración, nos narra que a los 40 días, José y María acuden al templo para presentar al niño Jesús y dar una ofrenda para agradecer su vida, por lo tanto la fiesta es cristológica, porque celebramos a Cristo, luz de las naciones”, comentó Francisco González Parra, vicepresidente de la Comisión Diocesana de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de Puebla.
De acuerdo con el presbítero, uno de los elementos más característicos del Día de la Candelaria es la elaboración y el consumo de tamales. Según la tradición, las personas que encontraron la figura del Niño Dios en la rosca de Reyes son las responsables de llevar los tamales para compartir con familiares y amigos.
“Se ha expandido la tradición en nuestro país que quien encuentre el niño le toca invitar un almuerzo, y tradicionalmente son tamales y atole”, agregó.
Una de las tradiciones más populares de la Candelaria es la de vestir al Niño Dios. Esta tradición se remonta a los siglos XVII y XIX, y se ha convertido en una expresión de la fe y la devoción de los mexicanos.
Existen diferentes tipos de vestimentas para el Niño Dios. Las más populares son las de color blanco, que simbolizan la pureza y la inocencia del niño Jesús.
“El llamado que hace la Arquidiócesis es respetar la dignidad del hijo de Dios, y vestirlo como Rey”.
El Día de la Candelaria, celebrado cada 2 de febrero, es una festividad llena de simbolismo y tradición que marca el final del ciclo navideño en México. Esta fecha conmemora la presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén, 40 días después de su nacimiento, y la purificación de la Virgen María
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