Con devoción y fe, unos 120 mil creyentes católicos participaron en la edición treinta y uno de la Procesión de la Pasión de Cristo durante este Viernes Santo en Puebla, acto que se ha consolidado como una de las más grandes de América Latina.
Las siete imágenes más veneradas del estado fueron llevadas en andas por sus grupos de porteadores muy bien preparados, asi como los grupos de tamborileros y matraqueros que marcaron el paso de la procesión, y las bandas de música que acompañaron al cortejo, los niños vestidos de angelitos, las congregaciones de católicos y por supuesto todos los fieles y visitantes que se sumaron al evento.
Las imágenes y grupos procesionantes se reunieron alrededor de las 11:30 horas en el atrio de la Basílica Catedral.
La procesión inició en la Catedral Basílica de Puebla, y desde ahí partieron las imágenes del Niño Doctor de Tepeaca, la Virgen de la Soledad, Jesús de las Tres Caídas, Jesús de la Misericordia, la Virgen de los Dolores, Jesús Nazareno y el Señor de las Maravillas.
Posteriormente, avanzaron sobre la calle 16 de septiembre, para luego doblar hacia la Avenida Juan de Palafox y Mendoza, e incorporarse a la calle 2 Norte hasta la 4 Oriente, para tomar en sentido contrario, hasta la 11 norte y llegar al “Gallito” en la 11 sur y Reforma, donde el lider de la grey católica dió una segunda reflexión en las afueras del Templo de Nuestra Señora de Guadalupe para después continuar con la procesión, y culminarla a las 15:00 horas nuevamente en el atrio de la Catedral de Puebla.
Los principales asistentes fueron personas de la tercera edad, quienes agradecieron a Jesús por su sacrificio y pidieron con gran devolución que los siga cuidando a ellos y sus familias.
El colorido de las alfombras de aserrín y de flores, así como los cantos que realizaron diferentes coros colocados desde algunos balcones de los edificios del Centro Histórico, hizo que la gente se estremeciera y que su fe se reafirmara.
En la primera reflexión emitida en el atrio de la Catedral, el Arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, solicitó a los asistentes aprovechar esta celebración para equilibrar y armonizar, desde la soledad, la relación con nosotros mismos, nuestros vínculos con los demás, con la naturaleza y con el mundo.
Al comenzar la procesión, esta fue encabezada por la imagen del Niño Doctor, así como por el arzobispo, Víctor Sánchez; el gobernador, Sergio Salomón Céspedes Peregrina; el presidente municipal, Eduardo Rivera Pérez; y el rector de la Universidad Autónoma Popular del Estado de Puebla (UPAEP), Emilio Baños Ardavín.
Los intensos rayos del sol no fueron impedimento para que los fieles católicos poblanos conmemoren un año más el ritual que recuerda la crucifixión y muerte de Jesús.
La Procesión de Viernes Santo en Puebla, tiene su origen en una antigua tradición que se instauró desde la época virreinal y que se llevó a efecto hasta mediados del Siglo XIX.
Sin embargo, fue en el año de 1992 cuando se revivió esta importante y fervorosa tradición que este 2023 cumple treinte y un años de recorrer algunas de las principales calles del Centro Histórico de la ciudad.