Hoy al mediodía el presidente Andrés Manuel López Obrador vuela a Nueva York para presidir la sesión del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. Es su segundo viaje internacional desde que asumió la Presidencia y estará fuera del país cerca de 24 horas.
Frente a los 15 miembros de este consejo, López Obrador llevará el debate abierto titulado “Mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales: exclusión, desigualdad y conflicto”, en el que el eje central de su discurso será el combate a la corrupción.
La agenda del Presidente inicia hoy por la tarde con una reunión previa a la sesión oficial con el canciller Marcelo Ebrard y el representante de México en la ONU, Juan Ramón de la Fuente.
Al concluir el encuentro dormirá en un hotel cercano a la sede de Naciones Unidas para, mañana temprano, reunirse con el secretario general del organismo, António Guterres, y posteriormente a las 10:00 horas de NY presidir la sesión del consejo.
Terminando su mensaje, el líder del Ejecutivo regresará al país para reincorporarse a sus actividades cotidianas en Palacio Nacional el miércoles. Esta es la quinta ocasión que el país forma parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la máxima tribuna internacional en donde las potencias dirimen sus diferencias.
La misión permanente de México ante la ONU ha delineado como prioridades del país ante el Consejo de Seguridad los siguientes asuntos: preservar la dignidad de las personas, privilegiar la mediación, proteger a los civiles en conflictos armados, defender el Estado de derecho, incorporar perspectiva de género, mejorar métodos del consejo y promover el derecho internacional.
El consejo está integrado por cinco miembros fijos: China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, y 10 no permanentes, que son: México, Estonia, India, Irlanda, Kenia, Níger, Noruega, San Vicente y las Granadinas, Túnez y Vietnam.
El Consejo de Seguridad, de acuerdo con la ONU, tiene la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales, y todos los miembros del organismo convienen en aceptar y cumplir las decisiones tomadas ahí, como imponer embargos o sanciones económicas, o autorizar el uso de la fuerza para hacer cumplir los mandatos.
Al integrarse al Consejo, el país se comprometió a ser un socio transparente y confiable que buscará actuar con ánimo constructivo, apegado al derecho internacional y de manera estricta a lo dictado en la Constitución nacional, como la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las controversias, la igualdad jurídica de los Estados y la lucha por la paz y la seguridad global. Además, de conformidad a la vocación pacifista nacional, se partirá de la convicción de que en todos los conflictos internacionales existen rutas para el diálogo y la conciliación.