Lewis Hamilton, el siete veces campeón del mundo ha compartido en sus redes sociales el fallecimiento de su inseparable bulldog inglés, Roscoe, una figura que se había convertido en un miembro muy querido del paddock.
Hamilton se despide de Roscoe
A través de un emotivo mensaje en su cuenta de Instagram, Hamilton relató el difícil proceso que él y su familia enfrentaron junto a Roscoe. El perro fue hospitalizado por varios días tras contraer neumonía, una complicación de salud que se agravó rápidamente hasta provocarle un paro cardíaco. Esto lo llevó a permanecer en coma con soporte vital durante cuatro días, un periodo de agonía que puso a prueba la fortaleza del piloto.
“Tuve que tomar la decisión más difícil de mi vida y dejar ir a Roscoe. Fue una de las experiencias más dolorosas que he atravesado, pero también me hizo darme cuenta de lo hermoso que es amar y ser amado”, escribió Hamilton en su publicación.
Roscoe en la F1
Roscoe no era una mascota más. Su carisma y su presencia habitual en los circuitos lo convirtieron en un ícono. El bulldog inglés fue acreditado en múltiples ocasiones por la FIA, lo que le permitió estar presente en varios grandes premios alrededor del mundo.
Se volvió una imagen común verlo al lado de su dueño, ya fuera en caminatas por el paddock, en celebraciones o incluso durante las conferencias de prensa. Su partida deja un vacío no solo para Hamilton, sino para toda la comunidad de la F1 que se encariñó con su noble y serena presencia.
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