La médica geriatra Mercedes Paola Dehesa Isidoro, profesora de la Facultad de Medicina de la UPAEP, destacó los desafíos clave ante el acelerado envejecimiento de la población. Con uno de cada diez habitantes del mundo mayor de 65 años, y proyecciones que duplicarán esta cifra para 2050, México enfrenta una transformación demográfica urgente. Se estima que para ese año, entre el 20% y 24% de la población nacional será adulta mayor, similar a países como Japón, España y Alemania.
La especialista ofrece una radiografía integral de los retos en salud, economía, inclusión social y más, enfatizando la necesidad de acciones colectivas para un envejecimiento saludable y digno.

Salud y Atención Médica: Un Sistema Bajo Presión
El 70% de los adultos mayores en México padecen enfermedades crónico-degenerativas, incrementando la demanda de servicios especializados y medicamentos de alto costo. Sin embargo, el acceso a la atención médica es limitado: el 29.4% carece de afiliación médica, lo que agrava la situación.
México cuenta solo con 1,200 geriatras registrados, cuando se requieren al menos 12,000 para cubrir las necesidades. Además, la infraestructura hospitalaria no está adaptada: pocos espacios son accesibles para sillas de ruedas, con baños y pasillos adecuados.
“Esto representa un reto mayúsculo para garantizar una atención integral”, advierte Dehesa Isidoro.
Soledad y Salud Mental: El Impacto de la Aislamiento
Cada vez más adultos mayores viven solos, especialmente mujeres, lo que deriva en problemas como depresión, ansiedad, insomnio e incluso ideas suicidas. La falta de redes sociales y familiares es un factor clave.

La geriatra enfatiza la urgencia de programas intergeneracionales y redes comunitarias para fomentar la socialización y el acompañamiento.
“Fortalecer estos lazos no solo mejora la salud mental, sino que previene complicaciones mayores”, señala.
Economía y Pensiones: Vulnerabilidad Financiera
De los 18 millones de adultos mayores en México, solo 12 millones reciben la pensión de bienestar. Apenas uno de cada cuatro cuenta con una pensión suficiente para cubrir necesidades básicas.
En regiones como Puebla, más del 50% viven en pobreza y trabajan en la informalidad, sin acceso a seguridad social. La inseguridad alimentaria afecta a uno de cada tres, y en zonas marginadas, muchos comen solo una vez al día. Estos datos subrayan la necesidad de reformas económicas inclusivas para adultos mayores.
Brecha Digital y Envejecimiento Activo: Oportunidades Pendientes
Casi la mitad de los adultos mayores tienen solo estudios de primaria o menos, limitando su acceso a la tecnología. La telemedicina y el aprendizaje digital representan oportunidades, pero son retos para quienes no saben leer o carecen de acompañamiento.
Dehesa Isidoro resalta que superar esta brecha es esencial para promover un envejecimiento activo, integrando a esta población en la era digital.
Retos Adicionales: Edadismo, Cuidadores y Legado de la Pandemia
Otros fenómenos emergentes incluyen:
- Edadismo o discriminación por edad: El 60% de los adultos mayores en México lo ha experimentado, afectando su inclusión social y laboral.
- Cuidadores sin capacitación: Muchos responsables son también adultos mayores, generando desgaste físico y emocional.
- Impacto de la COVID-19: Redujo en seis años la esperanza de vida saludable, dejando secuelas emocionales y sociales.
La solución, según la especialista, involucra al gobierno, iniciativa privada, academia y sociedad civil. “Debemos valorar la experiencia de los adultos mayores, apostar por su inclusión laboral y educativa, y adaptar la infraestructura urbana y de salud”, puntualiza.
Recomendaciones para Familias y Sociedad
Las familias deben tomar un rol activo:
- Asegurar atención médica regular.
- Incluir a los adultos mayores en actividades sociales y familiares.
- Reconocer sus derechos y evitar infantilización o discriminación.
Dehesa Isidoro cierra con un llamado a la prevención:
“Así como vemos hoy a los adultos mayores, nosotros seremos ellos en unos años. Para un envejecimiento saludable, empecemos ahora: alimentémonos bien, hagamos ejercicio, mantengámonos activos mentalmente y generemos redes de apoyo comunitarias. El futuro depende de los cambios que hagamos hoy”.
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