La comunidad periodística y la sociedad en general se encuentran consternadas tras el trágico asesinato de Salomón Ordóñez, reconocido periodista y fotógrafo independiente en Cuetzalan, Puebla. El lamentable suceso, ocurrido en la noche del 23 de junio, ha desatado una ola de indignación y exigencias de justicia, poniendo nuevamente en el centro del debate la seguridad de los comunicadores en el país.
Hechos del suceso
Salomón Ordóñez, conocido afectuosamente como “Shalom” y también como “el comunicador del pueblo”, fue víctima de un ataque armado en la comunidad de Pahpatapan, Cuetzalan. Según los reportes iniciales de los vecinos, Ordóñez recibió al menos dos disparos. A pesar de los esfuerzos por salvar su vida, falleció horas después del ataque debido a la gravedad de sus heridas. La lentitud en la respuesta de los servicios de emergencia, con una ambulancia que tardó más de una hora en llegar, ha sido un punto de fuerte crítica por parte de la comunidad, quienes vivieron momentos de angustia e impotencia.

Trayectoria y reconocimiento de Salomón Ordóñez
Salomón Ordóñez no era un periodista común; su compromiso con la documentación gráfica y periodística de la vida social y cultural de Cuetzalan era ampliamente reconocido. Como director de Shalom Cuetzalan Producciones, su trabajo se centraba en destacar las problemáticas locales y dar voz a aquellos que a menudo eran ignorados.
Su plataforma digital, con una significativa presencia en Facebook, se había convertido en un canal fundamental para la difusión de noticias y la interacción con la comunidad. La noticia de su muerte ha inundado esta plataforma con mensajes de condolencia y llamados a la acción, reflejando el profundo impacto que su labor tenía en la región.
Reacciones y demandas de justicia
Tras el asesinato, la respuesta de la sociedad no se hizo esperar. Ciudadanos, amigos, colegas y diversas organizaciones han alzado la voz para exigir una investigación exhaustiva y transparente por parte de las autoridades. Se ha instado directamente al Gobernador de Puebla y a la Fiscalía General del Estado a que refuercen las medidas de seguridad en la región y, de manera crucial, a que esclarezcan este crimen y lleven a los responsables ante la justicia.
El H. Ayuntamiento de Cuetzalan, por su parte, ha condenado enérgicamente el homicidio de Salomón Ordóñez. A través de comunicados oficiales, han expresado sus condolencias a la familia del periodista y han manifestado su total rechazo a la violencia que atenta contra la libertad de prensa y el ejercicio del periodismo. Han asegurado que la Fiscalía General del Estado ya ha iniciado las investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos y dar con los culpables.
Contexto de violencia contra periodistas en México
El asesinato de Salomón Ordóñez se suma a la preocupante lista de crímenes contra comunicadores en México, un país que lamentablemente se ha convertido en uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo. Esta situación genera un ambiente de temor e intimidación que afecta directamente la libertad de expresión y el derecho de la sociedad a estar informada. Cada ataque a un periodista es un golpe a la democracia y a los pilares fundamentales de una sociedad justa.
La labor de los periodistas independientes, como Salomón Ordóñez, es aún más vulnerable, ya que a menudo carecen de las redes de apoyo y protección que pueden ofrecer los grandes medios de comunicación. Su trabajo es esencial para visibilizar realidades locales y denunciar injusticias, lo que los expone a riesgos considerables.

La importancia del periodismo local y la exigencia de medidas
El caso de Salomón Ordóñez subraya la vital importancia del periodismo local y la necesidad urgente de implementar estrategias efectivas para garantizar la seguridad de quienes lo ejercen. Los periodistas locales son los ojos y oídos de sus comunidades, los encargados de informar sobre temas que impactan directamente la vida de los ciudadanos. Su silencio, forzado por la violencia, representa una grave pérdida para el tejido social y la rendición de cuentas.
La sociedad y las organizaciones de defensa de la libertad de expresión continuarán presionando para que las autoridades no solo esclarezcan este caso, sino que también desarrollen e implementen mecanismos de protección robustos para los periodistas. Es imperativo que se investiguen los móviles de estos crímenes, que se desmantelen las estructuras criminales que los perpetran y que se garantice que el ejercicio del periodismo pueda llevarse a cabo sin miedo a represalias.
El legado de Salomón Ordóñez, su compromiso con la verdad y su dedicación a su comunidad, debe servir como un recordatorio constante de la valentía que se requiere para informar y la imperante necesidad de proteger a quienes asumen esa responsabilidad. La justicia para “Shalom” es un paso fundamental para sendear el camino hacia un México donde la voz de sus comunicadores no sea silenciada por la violencia.
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