Gabriela García
En un emotivo y solemne acto, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, encabezó la tradicional Misa de Jueves Santo en la Catedral Basílica de Puebla, marcando así el comienzo del Triduo Pascual, uno de los momentos más significativos del calendario litúrgico católico.
Reflexión sobre los misterios de la fe católica
Durante su homilía, monseñor Sánchez Espinosa subrayó la importancia de estos días santos, recordando a los fieles que “se celebran los principales misterios de la vida de Cristo: su pasión, cruz, su sufrimiento y su muerte, pero también su resurrección”. Este mensaje invita a la reflexión profunda sobre el significado espiritual de la Semana Santa.
El lavatorio de pies: gesto de humildad y servicio
Uno de los momentos más conmovedores de la celebración fue el lavatorio de pies, símbolo de humildad y servicio. En esta ocasión, el obispo auxiliar, Francisco Javier Martínez Castillo, realizó este acto con doce ancianos del Asilo Particular de Caridad (Santa Inés), siguiendo el ejemplo de Jesús con sus apóstoles. Esta institución es atendida por las Religiosas Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres.
El arzobispo explicó que este gesto representa cómo “el Redentor anunciaba que por amor estaba dispuesto a aceptar la humillación de la Cruz para ofrecernos el servicio de purificarnos del pecado con su propia sangre”. Asimismo, exhortó a los asistentes a “entrar en la dinámica de este amor que salva”, recordando el mandamiento del amor fraterno.
Una celebración que da paso a los días más sagrados del año litúrgico
La celebración del Jueves Santo marca el inicio del Triduo Pascual, que continúa con los oficios del Viernes Santo, la Vigilia Pascual del Sábado Santo, y culmina con el Domingo de Resurrección, fechas clave para la fe católica y para la vivencia plena de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
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