Hace cinco años, el mundo se enfrentaba a una amenaza invisible que cambiaría el curso de la historia: la pandemia de COVID-19. Lo que comenzó como un brote de neumonía de origen desconocido en Wuhan, China, a finales de 2019 rápidamente se convirtió en una crisis sanitaria global que puso a prueba los sistemas de salud, la economía y la resiliencia de la humanidad.
En este quinto aniversario, recordamos cómo inició la pandemia, las medidas implementadas para contenerla, los países más afectados y el estado actual del virus en el mundo.
El inicio de la pandemia: de Wuhan al mundo
Los primeros casos de COVID-19 se detectaron en Wuhan, China, en diciembre de 2019. Inicialmente, las autoridades sanitarias chinas se vieron sorprendidas por una serie de neumonías de origen desconocido que se propagaban con gran facilidad.
El 31 de diciembre de 2019, la Oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en China fue informada de varios casos de neumonía con una causa desconocida (etiología). Los síntomas incluían dificultad para respirar y fiebre, y todos los casos iniciales parecían estar relacionados con el Mercado Mayorista de Mariscos de Huanan.
Se pensó que el virus se originó en este mercado de mariscos y animales, pero investigaciones posteriores sugieren que pudo haber circulado en murciélagos antes de transmitirse a los humanos, posiblemente a través de un animal intermediario como el pangolín. El virus, conocido como SARS-CoV-2, se propagó rápidamente por la ciudad y luego al resto del mundo a través de viajes internacionales.

El 10 de enero de 2020, la OMS comenzó a utilizar la frase “Nuevo Coronavirus 2019” o “2019-nCoV” para referirse a la enfermedad causante del brote en Wuhan, China.
El COVID-19 posee dos características que lo han hecho muy peligroso: la posibilidad de contagio durante el periodo de incubación, cuando el infectado no presenta síntomas (periodo asintomático), y la extraordinaria capacidad de diseminación del virus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote como una emergencia de salud pública de importancia internacional el 30 de enero de 2020 y, posteriormente, como una pandemia el 11 de marzo de 2020. Para entonces, el virus ya se había extendido a varios países, incluyendo Italia, España, Estados Unidos y muchos otros.
Medidas implementadas para contener la propagación
Ante la rápida propagación del virus, los gobiernos de todo el mundo implementaron una serie de medidas para contener la pandemia. Estas medidas, aunque necesarias para frenar la propagación del virus, tuvieron un impacto significativo en la economía global, la educación, la salud mental y la vida social de las personas. Algunas de las medidas más comunes fueron:
- Confinamientos y cuarentenas: Muchos países implementaron confinamientos estrictos, con el objetivo de limitar la movilidad de las personas y reducir las interacciones sociales. Estos confinamientos variaron en su duración e intensidad, desde limitaciones parciales a la movilidad hasta el cierre total de negocios no esenciales y la restricción de las salidas de los hogares. Las cuarentenas se impusieron a las personas que habían estado en contacto con casos confirmados, con el fin de evitar la propagación del virus a través de contactos cercanos.
- Cierre de fronteras: Se restringieron los viajes internacionales para evitar la propagación del virus a través de las fronteras. Estas restricciones incluyeron la suspensión de vuelos, el cierre de pasos fronterizos terrestres y la imposición de cuarentenas obligatorias a los viajeros procedentes de países con alta incidencia de COVID-19.
- Uso de mascarillas: Se promovió el uso de mascarillas en público para reducir la transmisión del virus a través de las gotas respiratorias. Las mascarillas se convirtieron en un elemento esencial en la vida cotidiana, y su uso se hizo obligatorio en muchos espacios públicos, como el transporte público, los comercios y los centros de trabajo.

- Distanciamiento social: Se implementaron medidas de distanciamiento social, como mantener una distancia mínima entre las personas y evitar las aglomeraciones. Se establecieron límites al número de personas que podían reunirse en espacios públicos y privados, y se promovió la realización de actividades al aire libre en lugar de en espacios cerrados.
- Campañas de vacunación: Se desarrollaron y distribuyeron vacunas contra el COVID-19 en tiempo récord, y se llevaron a cabo campañas masivas de vacunación para proteger a la población. Las vacunas se convirtieron en una herramienta fundamental para controlar la pandemia, y su aplicación se priorizó en grupos de alto riesgo, como los trabajadores de la salud, las personas mayores y las personas con condiciones de salud preexistentes.

Además de estas medidas generales, algunos gobiernos implementaron medidas específicas para abordar el impacto económico de la pandemia. Por ejemplo, el gobierno mexicano implementó una serie de apoyos financieros a microempresas y trabajadores independientes, con el objetivo de mitigar las pérdidas económicas causadas por la pandemia.
Los países más afectados por la pandemia
La pandemia de COVID-19 ha afectado a todos los países del mundo, pero algunos han sufrido un mayor impacto en términos de número de muertes. Según un informe publicado en agosto de 2023, los países con más muertes por COVID-19 son:
País | Número de muertes | Tasa de mortalidad (por 100,000 habitantes) |
---|---|---|
Estados Unidos | 1.170.784 | 364.2 |
Brasil | 704.794 | 330.3 |
India | 531.918 | 37.9 |
Rusia | 399.854 | 276.2 |
México | 334.336 | 254.7 |
Perú | 221.364 | 647.3 |
Vacunación: un arma clave contra la pandemia
La vacunación ha sido una herramienta fundamental para controlar la pandemia de COVID-19. A nivel global, se han administrado miles de millones de dosis de vacunas, lo que ha contribuido a reducir la gravedad de la enfermedad y la mortalidad. Un estudio estimó que las vacunas contra el COVID-19 salvaron alrededor de 140,000 vidas en los Estados Unidos hasta mayo de 2021.

Sin embargo, la distribución de las vacunas no ha sido equitativa, y persisten desafíos para lograr una alta cobertura de vacunación en todos los países. A pesar de los avances en la vacunación, es importante destacar que la protección de las vacunas puede disminuir con el tiempo, por lo que es posible que se necesiten dosis adicionales para mantener la protección.
El estado actual del virus en el mundo
Cinco años después del inicio de la pandemia, el COVID-19 sigue siendo una preocupación para la salud pública, aunque la situación ha mejorado significativamente gracias a la vacunación y a la inmunidad adquirida por la población.
Para abril de 2024, se registraron más de 704 millones de casos confirmados, más de 7 millones de muertes y más de 675 millones de personas recuperadas en todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de los países han dejado de reportar casos, lo que dificulta la obtención de cifras globales precisas. A esa fecha, había más de 72 millones de casos activos en todo el mundo.
El virus continúa circulando y evolucionando, dando lugar a nuevas variantes. Algunas de las variantes más prevalentes en 2024 incluyen KP.2, JN.1 y sus sublinajes. Estas variantes pueden ser más transmisibles o evadir la inmunidad generada por infecciones o vacunas previas, lo que destaca la importancia de la vigilancia genómica y la adaptación de las medidas de salud pública. Es importante destacar que, aunque la variante Ómicron se ha extendido rápidamente, parece causar una enfermedad menos grave que las variantes anteriores.
La vigilancia genómica es crucial para rastrear la evolución del virus e identificar nuevas variantes que puedan surgir. La FDA, por ejemplo, está monitoreando el impacto de las mutaciones virales en las pruebas de COVID-19 para asegurar la precisión de las mismas.
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