Es falso que las vacunas contra COVID-19 afecten la fertilidad de las mujeres; es falso que las vacunas modifiquen el ADN de las personas que las reciben; es falso que las vacunas contengan tejido de fetos: Estos son algunos de los 10 mitos más peligrosos y escandalosos que se han difundido en torno a las vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2 y que ayer fueron desmentidas mediante un comunicado de la Universidad Johns Hopkins, que es la universidad más antigua especializada en salud pública, fundada en 1889.
Entre los mitos desmentidos está el hecho de que las personas vacunadas ya no deban usar cubrebocas o que quien ya se infectó de COVID-19 no necesite recibir la vacuna.
La doctora Lisa Maragakis, directora principal de Prevención de Infecciones, y el Doctor Gabor Kelen, director de la Oficina de Preparación y Respuesta ante Situaciones Críticas de Johns Hopkins, examinan algunos de los mitos corrientes en circulación.
MITO 1: La vacuna contra el COVID-19 puede incidir en la fertilidad de las mujeres.
REALIDAD: La vacuna contra el COVID-19 no afectará la fertilidad. La confusión surgió cuando un informe falso apareció en las redes sociales, indicando que la proteína Spike de este coronavirus era la misma que otra proteína Spike llamada sincitina-1 que interviene en el desarrollo y la implantación de la placenta durante el embarazo. El informe era falso.
MITO 2: Si ya tuve el COVID-19, no necesito hacerme vacunar.
REALIDAD: Actualmente, no hay suficiente información disponible que nos permita decir si efectivamente, o por cuánto tiempo, las personas estarán protegidas de contraer el COVID-19 después de haber tenido la enfermedad (inmunidad natural). Los datos iniciales parecen indicar que la inmunidad natural contra el COVID-19 tal vez no dure por mucho tiempo.
MITO 3: Los investigadores aceleraron el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19, entonces su eficacia y seguridad no son confiables.
REALIDAD: Los estudios determinaron que las dos vacunas iniciales tienen una eficacia de aproximadamente 95% — y no notificaron ningún efecto secundario grave ni potencialmente mortal.
MITO 4: Recibir la vacuna contra el COVID-19 significa que puedo dejar de usar mi mascarilla.
REALIDAD: Las vacunas no impiden que el coronavirus ingrese en su cuerpo; solo previenen que usted contraiga una forma moderada a grave del COVID-19. Todavía no está claro si las personas vacunadas contra el COVID-19 pueden portar y transmitir el virus, incluso si ellas mismas no se enferman.
MITO 5: Recibir la vacuna contra el COVID-19 puede hacerme contraer el COVID-19.
REALIDAD: La vacuna contra el COVID-19 no puede y no hará que usted contraiga el COVID-19.
MITO 6: Los efectos secundarios de la vacuna contra el COVID-19 son peligrosos.
REALIDAD: La vacuna contra el COVID-19 puede tener efectos secundarios, pero la gran mayoría de ellos son de muy corto plazo — no son graves ni peligrosos.
MITO 7: La vacuna contra el COVID-19 ingresa dentro de las células y cambia el ADN.
REALIDAD: El ARN mensajero de dos de los primeros tipos de vacunas contra el COVID-19 sí ingresa en las células, pero no hasta el núcleo de las células donde se encuentra el ADN.
MITO 8: La tecnología de ARN mensajero que se utilizó para fabricar la vacuna contra el COVID-19 es muy nueva.
REALIDAD: La tecnología de ARNm que ha hecho posible las vacunas contra el nuevo coronavirus ha estado en desarrollo por casi dos décadas.
MITO 9: La vacuna contra el COVID-19 se desarrolló a partir de substancias de uso controvertido o contiene estas sustancias.
REALIDAD: Estas vacunas contra el COVID-19 no se desarrollaron a partir de tejido fetal y no contienen ningún material como implantes, microchips ni aparatos de rastreo.
MITO 10: Ahora que tenemos una vacuna contra el COVID-19, podemos fabricar vacunas para el resfriado, el VIH y otras enfermedades.
REALIDAD: Los miles de virus que causan una variedad de enfermedades son muy diferentes, de manera que una vacuna contra solo uno de ellos no sería muy eficaz.