Gabriela García
En la Catedral Basílica de de Puebla el Arzobispo de Puebla encabeza la escenificación del Viernes Santo, que por segunda ocasión se realiza a puerta cerrada y con una reducida presencia de fieles por la pandemia de Covid-19.
Este año, al igual que ocurrió en 2020, no hubo Procesión del Silencio con las imágenes habituales en las calles de la ciudad, sino que el acto se desallora en el altar de la Catedral.
Para evitar la movilidad de los presentes, desde su lugar el líder de la grey católica recuerda los diferentes momentos vividos por Jesús desde su detención hasta su crucifixión, sepultura y posterior resurrección.