Ayer, se suscitó uno de los eventos más importantes en el estado de Yucatán, luego de que en la pirámide de Chichén Itzá se viera el descenso de Kukulcán, el dios de la cultura maya, durante el equinoccio de primavera.
Cada equinoccio, en Chichén Itzá se puede observar un fenómeno en las escalinatas de la pirámide, el cual asemeja el movimiento de Kukulcán, la famosa serpiente emplumada y deidad de viento y del agua en la mitología maya.
Este espectáculo se pudo observar en punto de las 16:56 horas del tiempo local, lo que maravilló a los visitantes de distintas partes del planeta. Son los propios rayos del sol, los cuales llenan de energía a los turistas atraídos por la hierofanía de los mayas que siguen cautivando a nuevas generaciones.
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Turistas de todo el mundo han catalogado este fenómeno como algo “hermoso” e “interesante” poder observar el descenso de Kukulcán. Aseguraron que se han llenado de “energía y buena vibra” y no escondieron su felicidad por haber estado presentes en este momento.
“Sin duda es una hierofanía porque es una manifestación de lo sagrado con principios tecnológicos y agrícolas relacionados con la astronomía y ese conocimiento está presente, simboliza la forma de unión con el pasado novedoso que se mantiene en la forma enraizada y fuerte entre la comunidad maya actual”, cuenta Orlando Casares, especialista del INAH.
“Lo bonito del fenómeno del descenso de Kukulcán es que permite dar continuidad a la ruptura que se registró con la conquista de los españoles, porque las raíces de la cultura maya son tan fuertes que sobrevivieron sus ciclos de quema, preparación de la tierra, siembra y cosecha”, mencionó.
Las autoridades del INAH permitieron el acceso a turistas los días 19, 20 y 21 de marzo; sin embargo, el aforo fue solamente de 11 mil personas por día, a pesar de que el semáforo epidemiológico se encuentre en verde.