El presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que su gobierno lleva una buena relación con los obispos y demás personajes religiosos; sin embargo, dijo, sus adversarios buscan confrontarlo con las iglesias.
“Tenemos muy buenas relaciones con pastores, con ministros de otras iglesias, pero ya estoy viendo la mano negra de los conservadores que quieren, ahora, echarnos encima a las iglesias”, dijo este lunes el mandatario durante su conferencia de prensa en Palacio Nacional.
De acuerdo con el jefe del Ejecutivo, sus adversarios se han visto rebasados, por lo que, dijo, quieren que el gobierno federal entre en una polémica con las iglesias.
Los dichos del presidente llegan luego de que religiosos católicos le pidieran revisar su estrategia de seguridad, esto tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, Chihuahua.
Además, la semana pasada, la comunidad judía reclamó al presidente el que haya usado la expresión “hitleriano” para referirse a Carlos Alazraki, quien es de origen judío.
López Obrador reiteró que la violencia no se puede combatir con más violencia y, dijo, fue un crimen haber iniciado la llamada “guerra contra el narco” en el sexenio de Felipe Calderón.
“Fue un error grave, un crimen, el haber declarado la guerra a la delincuencia al inicio del gobierno de Calderón”, sentenció.