El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, finalizaron este viernes su primera cumbre bilateral en territorio estadounidense desde el inicio del conflicto entre Kiev y Moscú. El encuentro se llevó a cabo en la base aérea de Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, con una duración de más de tres horas, pero concluyó sin un anuncio concreto sobre la paz en Ucrania.
“Trump calificó la reunión como “extremadamente productiva”, aunque reconoció que todavía existen puntos sin resolver.
“Muchos puntos se acordaron. Solo hay algunos pocos que se quedaron (sin resolver). Algunos no son significativos. Uno es probablemente el más significativo, pero tenemos una buena oportunidad de llegar a resolverlos. No hemos llegado allí, pero tenemos una buena oportunidad de lograrlo”, señaló el mandatario estadounidense durante una rueda de prensa conjunta sin preguntas.
Por su parte, Putin subrayó que Moscú mantiene un interés “sincero” en poner fin al conflicto.
“Hemos establecido buenos contactos directos tras un periodo difícil en la relación entre Rusia y Estados Unidos”, afirmó el presidente ruso, quien además dejó abierta la posibilidad de una nueva reunión con Trump en Moscú.
Primera visita de Putin a EE.UU. desde 2015
La visita del líder ruso marcó su primer viaje a suelo estadounidense desde 2015, cuando se reunió con Barack Obama, y la primera reunión con un presidente de EE.UU. desde que comenzó la guerra en Ucrania.
La llegada de Putin fue recibida con honores oficiales: alfombra roja, banderas rusas y estadounidenses, y un traslado en “la Bestia”, el vehículo blindado de Trump. Ambos mandatarios posaron ante las cámaras antes de iniciar las conversaciones a puerta cerrada.
Expectativas sobre el futuro de las negociaciones
Aunque no se alcanzó un alto al fuego, la cumbre dejó abierta la posibilidad de futuros acercamientos diplomáticos. Putin, en tono cordial, respondió a Trump en inglés con un “La próxima vez en Moscú”, lo que abre la puerta a una nueva ronda de negociaciones en territorio ruso.
El encuentro Trump-Putin es interpretado por analistas internacionales como un intento de reactivar el diálogo bilateral en torno a la guerra de Ucrania, tras años de tensiones y sanciones mutuas.
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