Este domingo Chile rechazó de manera contundente con el 62,2 % la propuesta de una nueva Constitución, decidió mantener el texto actual heredado de la dictadura de Augusto Pinochet.
La opción de aceptar la nueva Carta Magna, que consagraba un nuevo abanico de derechos sociales, fue apoyada por solo el 37,8 % de los electores.
En un primer análisis de los resultados, el presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), fuerza conservadora, Javier Macaya, aseguró a la prensa que “esto superó absolutamente el escenario tradicional de la derecha contra la izquierda. Esa es la razón por la cual hoy día ha triunfado el sentido común”.
En la misma línea, el senador del partido Socialista en la región meridional de Los Lagos, Fidel Espinoza, criticó duramente a los convencionales y les emplazó a hacerse responsables de lo que tildó de “debacle”.