La noche del pasado domingo, la Arquidiócesis de Puebla informó la muerte del sacerdote poblano Ignacio González Molina, mejor conocido como el “Padre Nacho”. En los últimos días, el párroco había estado delicado de salud.
A sus 77 años, el padre perdió la vida luego de desempeñarse durante varios años como párroco jesuita, comentarista de política y religión.
“Buenas noches a todos, les informamos que, a las 9:45 pm, el P. Ignacio González Molina, ha sido llamado a la casa del Padre”, informó la Arquidiócesis de Puebla a través de un comunicado.
Hasta el momento, no se ha dado a conocer los motivos del fallecimiento del Padre ‘Nacho’; sin embargo, su estado de salud se deterioró mucho luego de contraer COVID-19.
¿QUIÉN ERA EL PADRE NACHO?
El Padre ‘Nacho’ se caracterizaba por su particular manera de dar las misas y su carácter rebelde. El nació el 19 de septiembre de 1944 en Teziutlán, Puebla. En 1977, se unió a las filas de Dios, dentro de la Compañía de Jesús.
Fue licenciado en Química e Historia, y cuenta con la maestría en Historia en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Igualmente, fue profesor de Historia de la Iglesia, en el Seminario Palafoxiano.
Debido a sus estudios, era un conocedor de la historia de México y Puebla. Criticó al sistema y realizó varias protestas, contando siempre con el apoyo de sus feligreses. En 2010, fue removido del templo de la Virgen del Camino, a la Parroquia de la Unidad Habitacional San Jorge, situación que generó protestas debido al cariño que los poblanos le tenían.
Igualmente, sirvió como Vicario en la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza (Las Ánimas). Posteriormente y hasta el presente, ejerció su ministerio como Rector de Nuestra Señora de Guadalupe, en la unidad habitacional San Jorge.
En la vida de caridad, ayudaba a las damas Vicentinas y enviaba apoyos a comunidades necesitadas de la Sierra Norte.
El párroco llegó a realizar ceremonias al borde de una piscina en Agua Azul, a donde acudía a nadar puntualmente todas las mañanas. Era historiador y en su momento, formó parte del grupo de colaboradores de Así Sucede.
En varias ocasiones, el párroco fue uno de los críticos de la estructura política de México, además de la burocracia en la iglesia, y que su deber como sacerdote jesuita era seguir a Jesucristo y no a la institución.