Primavera adelantada: un síntoma del cambio climático en México

La emisión de gases de efecto invernadero y la destrucción de recursos forestales han alterado drásticamente el equilibrio atmosférico. En México, se ha perdido entre el 35% y el 40% del recurso forestal, con causas atribuidas a la tala clandestina, los cambios en el uso del suelo y los incendios forestales. En Puebla, la reducción es del 10% al 15%. Estos cambios están provocando modificaciones en los patrones climáticos tradicionales, generando un fenómeno preocupante: la “primavera adelantada“.

Un febrero caótico: temperaturas extremas

Febrero y marzo, tradicionalmente meses de transición con fluctuaciones moderadas de temperatura, han experimentado cambios extremos en los últimos años. Francisco Javier Sánchez Ruiz, profesor de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la UPAEP, advierte que “ahora ya no es un febrero loco, sino un febrero mucho más caótico”.

Las variaciones de temperatura en un solo día se han vuelto más pronunciadas. En Puebla, las mañanas frías contrastan con tardes que alcanzan los 30°C. En Ciudad Victoria, Tamaulipas, se han registrado temperaturas de -2°C por la mañana y 32°C al mediodía. Estos cambios extremos reflejan un desbalance térmico preocupante.

El planeta, como un paciente con fiebre

Sánchez Ruiz explica que la temperatura de la tierra no debería aumentar más de 2°C en su interior. Sin embargo, los registros actuales muestran incrementos preocupantes. “Hay semanas en las que la temperatura alcanza los 2°C, aunque en otras está por debajo. Es como si el planeta tuviera fiebre intermitente”, comenta.

Las observaciones del equipo de investigación indican que la primavera se adelantará, con un aumento de temperatura a finales de febrero y principios de marzo. Además, se espera entre tres y cuatro días de lloviznas y la posibilidad de una granizada fuerte en Puebla. Estas proyecciones dependen de las tormentas invernales en el hemisferio norte.

El papel de la actividad humana

La emisión de gases de efecto invernadero y la pérdida forestal han impactado severamente el clima. La reducción de bosques afecta la captación de CO₂ y la regulación de la temperatura, exacerbando el calentamiento global. “Se ha perdido entre el 35% y el 40% del recurso forestal a nivel nacional, y en Puebla la reducción es del 10% al 15%”, enfatiza Sánchez Ruiz.

Soluciones para un clima extremo

Para mitigar estos efectos, el especialista sugiere la implementación de techos verdes para regular la temperatura y absorber CO₂, así como ecotecnias para la captación de agua, anticipándose a lluvias más intensas pero de menor duración. También hace un llamado a la reducción del consumo excesivo y al compromiso de la sociedad con el medio ambiente.

Uno de los efectos más alarmantes es la alteración en los ciclos del agua. “Si la atmósfera está sobrecalentada, el ciclo del agua se ve afectado, impidiendo la adecuada precipitación de nutrientes esenciales como el nitrógeno y el fósforo”, explica el investigador. Este desbalance podría estar relacionado con el incremento en la actividad sísmica, debido a los cambios en la temperatura del subsuelo.

Sánchez Ruiz compara la atmósfera con el hipotálamo humano, que regula la temperatura corporal. “Si la atmósfera pierde su equilibrio, se afectan los ciclos del agua, del suelo y la estabilidad climática en general”.

¿Podrá la tierra sanar?

El especialista señala que la solución al calentamiento global depende de la coordinación internacional. “Si todos los países aplicaran políticas ambientales alineadas y no solo por moda, podríamos ver una recuperación en 20 o 25 años”. Sin embargo, la falta de consenso global y el escepticismo dificultan este proceso.

Desde las primeras reuniones en Brasil hasta el Acuerdo de París, han surgido iniciativas para combatir el cambio climático, pero la falta de unidad ha impedido resultados significativos. “El factor humano es la variable más incontrolable”, afirma Sánchez Ruiz.

La falta de lluvias es una consecuencia directa del cambio climático, afectando la disponibilidad de agua para consumo humano, la agricultura y los ecosistemas. “Si no tomamos acciones concretas, la primavera adelantada podría convertirse en un símbolo de un desequilibrio ambiental permanente”.

A largo plazo, la humanidad tendrá que adaptarse a estas nuevas condiciones climáticas. “Las generaciones actuales enfrentarán los mayores desafíos, pero las futuras podrían ver estos cambios como parte de su normalidad”.

Para mitigar los efectos del cambio climático, es fundamental generar conciencia y promover acciones concretas a nivel político, empresarial y social. Solo así podremos evitar que el desequilibrio ambiental se convierta en una crisis irreversible.

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