Gabriela García Muñoz
El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, dedicó su homilía dominical en la Catedral de Puebla a orar por las víctimas recientes de violencia en la región, destacando el caso de Ricardo Antonio Meneses, un joven de 28 años secuestrado y asesinado a principios de julio.
Sánchez Espinosa pidió por el descanso eterno de Meneses, quien fue privado de su libertad el 9 de julio cerca del bulevar Esteban de Antuñano por un grupo armado. Según la Fiscalía General del Estado (FGE), el secuestro fue un acto premeditado y no consecuencia de un incidente vial como se creyó inicialmente.
La FGE reveló que los perpetradores utilizaron una estrategia para hacer salir a Meneses de su domicilio, le dispararon más de 30 veces sin lograr herirlo, y posteriormente lo “levantaron” calles más adelante. El cuerpo de Meneses fue hallado días después en un paraje del municipio de Libres.
El arzobispo también incluyó en sus oraciones a Bryan Isidro Zarco, estudiante de la Escuela Normal Rural Lázaro Cárdenas del Río, originario de Yaonáhuac, quien falleció presuntamente debido a golpes recibidos durante una “novatada”.
Esta acción del líder religioso resalta la preocupación de la Iglesia Católica por la violencia en la región y su impacto en la comunidad poblana, llamando la atención sobre casos que han conmocionado a la opinión pública local.
Te puede interesar: La coalición entre PAN y PRI está agotada