Por primera vez el papa Francisco habló de la situación en Nicaragua y expresó su preocupación y deseo de que por medio de un “diálogo abierto y sincero” se puedan encontrar las bases de una convivencia pacífica.
“Sigo de cerca con preocupación y dolor la situación en Nicaragua, que involucra a personas e instituciones. Quisiera expresar mi convicción y mi deseo que por medio de un diálogo abierto y sincero se puedan encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica”, afirmó al finalizar el ángelus desde la Plaza de San Pedro.
Pidió que la intercesión de la Purísima, como se le conoce a la Virgen de Nicaragua, que “inspire en los corazones de todos tal concreta voluntad”.
Sin embargo, el pontífice no hizo referencia a la detención del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.
Fue el viernes cuando la Policía Nacional detuvo en palacio episcopal a Álvarez, junto con cinco sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo.