El Viernes de Dolores marca el inicio de la Semana Santa.
Esta tradición fue introducida en Puebla por los primeros frailes franciscanos y se arraigó desde 1935. El día es muy importante para los fieles a la Virgen de Dolores, ya que es el inicio de la procesión del dolor de la Virgen María con la muerte y crucifixión de su hijo Jesús.
En el Viernes de Dolores en otros años ( antes de la pandemia) iniciaban este día las procesiones de los fieles hacia la Virgen de los Dolores, que representa, como lo indica su nombre, el dolor de la Virgen María con la muerte y crucifixión de su hijo Jesús.
Altar de Viernes de Dolores
El Altar de Dolores se coloca el viernes anterior al Domingo de Ramos. El propósito de colocar este altar es que podamos contemplar, consolar y aprender de los dolores de la Virgen María.
Origen del Altar de Dolores
Comenzada por los “padres servitas” (Orden de los Siervos de María) en el siglo XIII, la devoción a la Virgen de los Dolores –en particular en el Viernes de Dolores con la colocación del altar–, iniciaba con el ‘Paseo de las Flores’ sobre los puentes Roldán y la Viga. Durante el paseo, la gente cortaba flores a su paso para llevarlas a los portones de sus casas y así adornar el altar de la Virgen. El altar ya estaba preparado con las aguas tradicionales que se repartían entre la gente, pues venían acaloradas por el paseo.
Se dice que los visitantes preguntaban: “¿Ha llorado la Virgen?”. Los anfitriones decían que sí, y mostraban las aguas que repartían para beber.
¿Qué elementos lleva un Altar de Dolores?
Esta tradición, al igual que las Ofrendas en el Día de Muertos, tiene diferentes formas de realizarse y diferentes significados para sus elementos.
1. Imagen central: La Virgen María en su advocación de Dolorosa, de la Piedad, de la Soledad, del Consuelo o de las Angustias, puede ser en pintura, cuadro o en estatua de bulto o de vestir.
2. Flores: Las flores son símbolo de vida y belleza, y acompañan a la Virgen María. En el Altar de Dolores deben ir marchitas, y si es posible, de color morado, símbolo de la tristeza.
3. Aguas: Deben ser de diferentes colores, en especial: blanco, verde, anaranjado y rojo (horchata, chía, limón, melón, naranja, sandía o jamaica) y representan la pureza de la Virgen, la esperanza de María en la Resurrección de su hijo, el atardecer del Calvario durante la crucifixión y la sangre derramada por Cristo para la redención de los hombres.
Las aguas se ofrecen a quienes visitan a la Virgen y rezan un rosario a su lado. Simbolizan que a través de la intercesión de María, los visitantes recibirán el agua de vida eterna. Otros consideran estas aguas como ‘las lágrimas de la Virgen’.
4. Semillas germinadas: Al inicio de la Cuaresma se siembran en macetas semillas de trigo, chía y cebada; deben germinar para el viernes. Los cereales en crecimiento simbolizan la nueva vida que Jesús ha participado al mundo con su muerte y el trigo en particular simboliza la hostia en donde Cristo se hace presente.
5. Vid: Algunos altares también incluyen la presencia de las uvas, pues de ellas habrá de surgir el vino que en la Misa se convertirá en la sangra de Cristo que alimenta y redime a los creyentes.
6. Naranjas y banderas doradas: Sobre las naranjas agrias se insertan pequeñas banderitas que ancestralmente fueron de oro volador, pero pueden ser de papel brillante. Este elemento significa que sobre el agrio y amargo sentimiento por la muerte de Cristo hay estandartes de gloria que anuncian su Resurrección.
7. Monograma de la Virgen: Se realiza con pétalos de rosa marchita.
8. Corazón atravesado de las lágrimas de María: Un corazón hecho de cualquier material con las siete espadas que simbolizan los dolores sufridos por la Virgen: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, la pérdida del niño Dios en el Templo, Jesús y María se encuentran en el camino a la Cruz, Jesús muere en la Cruz, Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de María, y Jesús es sepultado.
9. Elementos de la Pasión: Los clavos, el martillo, la corona de espinas, el gallo, la esponja, el pilar, el INRI, la caña, los dados, la lanza y la cruz sin Jesús también se colocan a los pies del altar.
Se acostumbra que en el Viernes de Dolores, los fieles ofrenden aguas, paletas de hielo o nieve para simbolizar las lágrimas que derramó la Virgen María con la muerte de su hijo Jesús.
En la tradición mexicana, especialmente en Guanajuato, la Virgen de Dolores, además de recibir de los religiosos agua de colores con semillas de chía o nieve para representar las lágrimas, también recibe manteles y flores blancas, que significan la pureza; naranjas amargas pintadas de dorado, que indican aflicción, pero con la alegría de la próxima resurrección, y velas de luz para iluminarla.