- Si eres mexicano seguramente no falta en tu alacena una ‘Salsa Valentina’ y te apuesto a que no te ha pasado por la mente de dónde viene el origen de su nombre.
La empresa que vende la increíblemente popular Salsa Valentina es la empresa Salsa Tamazula del estado de Jalisco. De hecho sus esfuerzos empezaron por comercializar la Salsa Tamazula, heredera de una salsa tradicional de la región llamada “Salsa del Torito”.
¿Porqué se llama salsa Valentina?
La salsa tamazula resultaba muy picante para muchos consumidores, así que sacaron una versión más rebajada y le pusieron Valentina en honor a Valentina Ramírez Avitia, una mujer soldado de Durango, que peleó disfrazada de hombre en la revolución Mexicana.
Se hacía llamar Juan Ramírez y un año después de lograr el grado de teniente, fue expulsada cuando descubrieron accidentalmente sus trenzas.
Así que México tuvo a su propia Mulán y decidieron ponerle “VALENTINA” a la salsa por ¡BRAVA!.
Su vida inspiró la canción popular La Valentina, cantada por las tropas villistas.
Fue atropellada por un auto, en 1969 quedó inválida por el resto de su vida. Murió el 4 de abril de 1979 y fue sepultada en la fosa común del panteón civil de Culiacán, Sinaloa.
Así que el nombre surgió de la tenacidad de la revolucionaria.
Origen de la Salsa Valentina
El origen de Salsa Valentina se remonta a la década de los 60, cuando el señor Manuel Maciel Méndez vivía en Tamazula de Gordiano, Jalisco, y se dedicaba a la producción de refrescos. Con la llegada de grandes compañías embotelladoras el negocio fracasó y se vio en la necesidad de cambiar de giro.
Hizo de la Guadalajara su nuevo hogar y ahí le surgió la idea de rescatar una vieja tradición: las salsas. Don Manuel usó una receta familiar para hacer una salsa elaborada con chiles puya y otra con chiles de árbol. A la primera la identificó con una etiqueta amarilla, a la segunda con una negra porque picaba más.
El nombre de esa primera salsa fue Tamazula, como su pueblo. En un principio el líquido era envasado en botellas de 140 mililitros, “con una pequeña máquina llenadora y con una jeringa que él mismo diseñó”, cuenta su hijo.
Fue tal la aceptación de este sabor que al paso de los años, Don Manuel lanzó al mercado dos nuevas marcas. Apareció la Valentina y luego Costa Brava, ambas con etiquetas amarillas y negras.
Para la Valentina, la receta a base de chiles secos puya se complementó con chiles serranos, agua, ácido acético, vinagre, sal, condimentos, especias y benzoato de sodio. La combinación fue un gran éxito.
Actualmente, la planta de salsa Tamazula, ubicada en la zona industrial de Guadalajara, abarca una superficie 30 mil metros cuadrados, generando empleos que proporcionan bienestar económico a más de 100 familias jaliscienses.