La escena es siempre la misma: el cardenal protodiácono proclama el “Habemus Papam” y, antes de que la multitud estalle en vítores, revela un nombre nuevo que quedará grabado en la historia. Pero ¿cómo decide el pontífice cambiar su propio nombre y qué significado encierran esas pocas letras?
El cónclave 2025 finalizó ayer y el cardenal estadounidense Robert Francis Prévost, de 69 años de edad, fue elegido el segundo día de votaciones en el interior de la Capilla Sixtina. El nuevo pontífice tomó el nombre de León, convirtiéndose en León XIV.
El origen: de Mercurio a Juan II (año 533)
La costumbre nació cuando Mercurio, un sacerdote romano que llevaba el nombre de un dios pagano, fue elegido Papa y temió ofender la fe cristiana. Optó por llamarse Juan II y, sin saberlo, fundó la tradición de adoptar un nombre papal.
¿Cómo se elige el nombre del Papa?
La tradición de que el Papa adopte un nuevo nombre comenzó en la Edad Media, ya que, en los primeros siglos, los pontífices conservaban su nombre original. Aunque no existe una obligación doctrinal, con el tiempo esta práctica se integró al protocolo oficial tras el anuncio del resultado del cónclave, según explica Vatican News, el portal oficial del Vaticano.
Al asumir el pontificado, los sucesores de San Pedro —considerado el primer Papa y patrón de la Iglesia— eligen un nombre que refleja sus ideales, devociones o el mensaje que desean transmitir.
El apóstol Pedro vivió este gesto simbólico, cuando Jesucristo cambió su nombre de Simón a Pedro.
El primer papa que se cambió el nombre fue Mercurio, en el siglo VI, que adoptó Juan II (y tuvo un papado breve, de 533 a 535) porque consideraba que su nombre de bautismo estaba demasiado vinculado a la mitología pagana (Mercurio es el nombre de un dios romano)
Criterios actuales: fe, estrategia y comunicación
Aunque no existe un reglamento escrito, la elección suele responder a tres motivaciones principales:
- Devoción personal a un santo o misterio (Francisco por San Francisco de Asís).
- Continuidad o ruptura con pontífices anteriores (Benedicto XVI evocó a Benedicto XV para resaltar la paz).
- Mensaje al mundo: en 2025, el nuevo Papa se llamó León XIV, aludiendo al “Papa social” León XIII y a la defensa de los más pobres.

Los nombres más repetidos… y los que nunca se usan
- El nombre Juan es el más común entre los pontífices de la historia, pues se ha repetido 23 veces. El último en usarlo fue Juan Pablo II, quien fungió como papa desde 1978 hasta su muerte en el 2005.
- Juan Pablo, en 1978, que hizo honor a sus dos predecesores (Juan XXIII y Pablo VI), pero su pontificado duró sólo 33 días. Le siguió Juan Pablo II (líder del catolicismo de 1978 a 2005), el primer papa eslavo, que reforzó el carácter universal de la Iglesia.
- En la lista le sigue Gregorio (16) y Benedicto (15). El más reciente fue Benedicto XVI, elegido en el 2005.
- Otros nombres que han usado varios pontífices son Clemente, Inocencio, León, Pío, Esteban, Urbano, Alejandro, Adriano, Pablo, Sixto, Martín, Nicolás, Celestino, Anastasio y Honorio.
- Otros nombres recurrentes: León (13 cada uno), Pío (12).
- Tan solo hay registro de 44 nombres papales únicos, como el de Francisco. Entre estos nombres únicos están Cleto, Ceferino, Higinio, Lino, Romano, Sabiniano y Zacarías
- En más de 2 000 años hay 81 nombres distintos, pero jamás se ha utilizado Pedro II. El motivo no es jurídico; es puro respeto al primer Papa y la conciencia de que “las sandalias del pescador” imponen un peso simbólico enorme.
¿Por qué nunca habrá un “Pedro II? ¿Y si un Papa naciera ya llamado Pedro?
Ha ocurrido: varios cardenales de nombre Pedro eligieron otro patronímico al ser electos. El tabú se refuerza con la profecía medieval de san Malaquías, que sugiere que “Pedro el Romano” sería el último pontífice.
¿Existen reglas oficiales?
El Anuario Pontificio no impone normas; solo registra el nombre elegido tras la aceptación. El proceso suele concretarse en la Domus Sanctae Marthae, minutos antes de que el cardenal diácono salga al balcón.
El nuevo Papa comunica su decisión al maestro de ceremonias y firma el acta con su nombre civil y su nuevo nombre.
Curiosidades que encantan a las redes
Dato | Detalle rápido |
---|---|
Nombre más largo | Juan Pablo I y II (2 nombres combinados) |
Mayor salto temporal | León tardó 122 años en volver a usarse (1903 → 2025) |
Nombre inédito más reciente | Francisco (2013) — nunca antes usado |
Nombres que prácticamente desaparecieron | Hilario, Lando, Sixto |
No todos los papas siguieron esta práctica.
De los 266 papas de la historia (267 incluido el pontífice elegido el 8 de mayo de 2025), solo 129 han elegido un nuevo nombre
¿Por qué importa en 2025?
Con el cónclave más diverso de la historia y la mirada global puesta en Roma, el nombre elegido se convierte en el primer mensaje diplomático y pastoral del pontífice: define prioridades, evoca memorias y —gracias a las redes sociales— genera millones de búsquedas en cuestión de minutos.
Para los fieles digitales, entender el porqué detrás del nombre ayuda a leer entre líneas la hoja de ruta del nuevo pontificado.
Así que el nombre que adopta un Papa es su primer acto de gobierno y comunicación estratégica.
Resume su espiritualidad, su visión para la Iglesia y su posición frente a los retos globales.
Con el reciente León XIV y la intensa conversación en redes, nunca ha sido tan importante descifrar la simbología que se esconde tras esas pocas letras que resonarán, posiblemente, durante décadas en la historia de la humanidad.
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