El obispo Rolando Álvarez, quien fue condenado en a 26 años de prisión, junto con otros 15 sacerdotes, y dos seminaristas, fueron excarcelados y expulsados por el gobierno de Nicaragua y acogidos por el Vaticano.
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvino Báez, exiliado en Miami, conformó la liberación y expulsión a Roma, más tarde lo confirmó el gobierno a medios locales.
Álvarez y el resto de los sacerdotes, a excepción de uno que permaneció a Venezuela, llegaron a Roma, donde son acogidos en la Santa Sede, reveló Vatican News.
El obispo Rolando Álvarez estuvo en arresto domiciliario desde agosto de 2022 y en febrero de 2023 fue ingresado a prisión y condenado a 26 años de prisión por el delito de conspiración y obstrucción a la justicia.
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