Muere Jane Goodall, científica que redefinió la comprensión de los chimpancés

Jane Goodall, la aclamada primatóloga, antropóloga y activista, ha fallecido a los 91 años de edad. Su muerte marca el fin de una era, dejando un legado incalculable que revolucionó nuestra comprensión de los chimpancés y, por extensión, nuestra propia especie.

Su investigación de más de seis décadas no solo reescribió los libros de etología, sino que inspiró a generaciones a luchar por un mundo más justo y sostenible para todos los seres vivos.

Trayectoria que cambió la ciencia

Valerie Jane Morris Goodall nació en Londres en 1934. Su fascinación por el mundo animal comenzó desde la infancia, soñando con viajar a África e imitando las aventuras de Tarzán. Este sueño se hizo realidad en 1957, cuando viajó a Kenia y conoció al renombrado antropólogo Louis Leakey. Él vio en ella la perseverancia y paciencia que el estudio de los primates requería, y la ayudó a iniciar una investigación pionera.

Gombe: El Santuario de su vida y carrera

En 1960, a la edad de 26 años y sin una formación universitaria formal en ese momento, Goodall se adentró en lo que hoy es el Parque Nacional Gombe Stream en Tanzania. Contra las convenciones científicas de la época, empleó métodos revolucionarios:

  1. Observación a largo plazo: Su estudio de las interacciones sociales y familiares de los chimpancés salvajes se convirtió en el más prolongado de la historia, extendiéndose por más de 60 años.
  2. Humanización: Dio nombres a los chimpancés (como David Greybeard, Flo o Fifi) en lugar de números, lo que, aunque al principio fue motivo de burla entre la comunidad científica, ayudó a la gente a empatizar con ellos y reconocer su individualidad.
  3. Descubrimientos revolucionarios: Su logro más impactante llegó cuando observó a un chimpancé, David Greybeard, fabricar y usar una herramienta (una rama deshojada) para “pescar” termitas. Este descubrimiento obligó a reescribir la definición de la humanidad, llevando a Louis Leakey a declarar: “Ahora debemos redefinir al hombre, redefinir las herramientas, o aceptar a los chimpancés como humanos”. Goodall también documentó que los chimpancés no eran vegetarianos y, crucialmente, que tenían emociones, personalidades y una estructura social compleja, reflejando patrones de comportamiento antes considerados exclusivos de los humanos.

De investigadora a activista global

A partir de 1986, Jane Goodall dio un giro a su carrera. Dejó la selva para dedicarse de lleno al activismo y la conservación. Se percató de que si no actuaba, los chimpancés y sus hábitats desaparecerían. A partir de entonces, viajó hasta 300 días al año, llevando su mensaje de esperanza y acción.

Entre sus mayores contribuciones al conservacionismo global se encuentran:

  • El Instituto Jane Goodall (IJG): Fundado en 1977, el IJG se dedica a la investigación, la conservación y el desarrollo sostenible de las comunidades locales.
  • Roots & Shoots (Raíces y Brotes): Un programa educativo, ambiental y humanitario que ella misma creó, extendiéndose a casi 100 países para empoderar a los jóvenes a actuar en favor del planeta.

En 2002, fue nombrada Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas, reconociendo su incansable labor. Su trabajo, que abarcó desde el estudio detallado de una sola especie hasta la defensa de la biodiversidad global, la consolidó como una de las figuras más influyentes del siglo XXI. El impacto de Jane Goodall perdura no solo en los datos científicos, sino en la compasión global hacia la naturaleza.

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