La muerte de los 53 migrantes en la caja de un tráiler en San Antonio, en Texas, causó indignación, así como una gran tristeza para las familias de los fallecidos, además deja claro la carencia que existe algunos países, que son incapaces de ofrecer un futuro digno a sus ciudadanos.
Karen Caballero experimentó uno de los más grandes sufrimientos desde que se enteró de que sus dos hijos: Alejandro Miguel Andino Caballero y Fernando José Redondo Caballero, estaban entre los 53 migrantes fallecidos en un tráiler abandonado en San Antonio, Texas.
“Ellos estaban ansiosos por hacer el viaje” de irse a Estados Unidos, dijo Karen a Telemundo.
“Alejandro decía que ya quería estar allá, porque decía que allá sí iba a trabajar”, contó. Y le decía que una vez en Estados Unidos, harían una casita para ella.
Pero Karen les dijo que no, que ellos tenían que hacer su vida.
“Sólo le faltaban tres clases a uno de mis hijos para ser licenciado en mercadotecnia”, señaló a otro medio, HCH.
Los jóvenes, detalló, partieron hacia Honduras el 4 de junio. “Tenían metas y sueños y aquí no se iban a cumplir”, explicó. Por más que intentaron, “nadie les quiso dar trabajo” en el país centroamericano. “Siempre les decían que no tenían experiencia”, continuó. De Alejandro, dijo en Telemundo que es “un oso cariñoso”.
La familia los apoyó, pensando en que en Estados Unidos podrían tener mejor calidad de vida. Pero las esperanzas se vinieron abajo cuando se enteraron de que un tráiler con migrantes había sido abandonado en Texas y que la mayoría habían muerto asfixiados.
“Toda la noche estuve hablando a hospitales y con diferentes cónsules para buscarlos”. Hoy está confirmado que los dos se encuentran en la lista de fallecidos, al igual que la esposa de Alejandro, Margie Tamara Paz Grajera.