(AFP)
Cientos de miles de peregrinos indios y procesiones de sadhus, los conocidos ascetas hindúes, acudieron ayer jueves a bañarse en el sagrado río Ganges con motivo de una importante celebración, a pesar de que la amenaza de covid-19 sigue siendo elevada en India.
Las autoridades de Haridwar, en el estado de Uttarakhand (norte), esperan a 2,5 millones de personas para el Maha Shivratri, un día de baño en las aguas sagradas del Ganges para los hindúes, durante las festividades del Kumbh Mela, que comenzó el 13 de febrero y dura 48 días.
Antes de que acaben las festividades tendrán lugar otros dos baños sagrados, clasificados como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco.
Cientos de miles de hombres, mujeres y niños se agolpan, antes del amanecer, a lo largo de kilómetros de orilla para darse un breve chapuzón en las aguas bravas, cantar canciones y esparcir flores en el río como ofrenda.
Más tarde, el centro de atención son las procesiones de cientos de sadhus, ascetas con el cuerpo cubierto solo de ceniza y largas rastas, hacia las aguas del Ganges. Luego llega la inmersión en el río, el punto culminante del festival.
Según los hindúes, el baño en el río sagrado purifica los pecados y ofrece la salvación.
Según la mitología hindú, los dioses y los demonios entraron en guerra por un jarro sagrado, el Kumbh, que contenía un elixir de la inmortalidad.
Algunas gotas se derramaron en cuatro lugares diferentes, que hoy en día acogen estas fiestas de forma alterna.
La última peregrinación, celebrada en 2019 en Prayagraj, la antigua Allahabad, en el sur de Uttarakhand, acogió a 55 millones de personas en 48 días.
– Test negativos –
Debido a la pandemia, el gobierno redujo el tamaño del Kumbh Mela de este año, para el que teóricamente se requieren test de covid negativos.
A través de los altavoces de Haridwar, las autoridades de la ciudad recuerdan que hay que llevar mascarillas y mantener la distancia física en todo momento, mientras cientos de voluntarios rocían a los peregrinos con desinfectantes.
Las infecciones por coronavirus han disminuido considerablemente en los últimos meses y la vida tiende a volver a la normalidad en este vasto país de 1.300 millones de habitantes, pero durante el festival, casi no se ven mascarillas.
“No hay ningún miedo a la pandemia y la gente se mueve libremente. India ya ha vencido a la enfermedad y no hay razón para preocuparse”, dijo a la AFP Nitesh Kumar, un peregrino de 31 años.
“Llevo años esperando este día, pero debido a la pandemia, pensé que se cancelaría. Pero nuestra fe es más fuerte que la pandemia”, dijo otro devoto hindú llamado Rishab.
India ha registrado más de 11 millones de casos de covid-19, el segundo país más infectado del mundo, con más de 160.000 muertes.
El jueves hubo casi 23.000 nuevas infecciones en el país, un fuerte descenso respecto al pico de casi 100.000 nuevos casos diarios de septiembre. Sin embargo se trata del doble de casos en comparación con enero.
Las infecciones vuelven a aumentar en varias regiones a causa de una cierta relajación, sobre todo en el estado occidental de Maharashtra y su capital, Bombay, donde se han vuelto a imponer restricciones.