Me quiero, luego existo. Por Rocío González Galván
rocio gonzalez

La aventura de nuestras vidas comienza por un amor incondicional hacia nosotros mismos. Puesto que somos la única persona con la que irremediablemente nos guste o no, tendremos que convivir mientras vivamos. 

Amarse a sí mismo, suena ya tan trillado; sin embargo, si verdaderamente nos diéramos cuenta de su valor, estudiaríamos una carrera profesional antes de cualquier otra llamada: ME QUIERO LUEGO EXISTO…

  De hecho, la crearé, se los aseguro, porque no resulta sencillo, pues pasa, ante todo, por la aceptación de lo que somos, con nuestros errores y nuestros éxitos, nuestras luces y nuestras sombras, ya que, hemos sido educados bajo exigencias y mandatos que debemos cumplir para obtener el reconocimiento social, luchando por la admiración de los demás para llegar a sentirnos en conexión.

Con el tiempo, experimentamos cómo depender del reconocimiento de los demás y eso, nos hace tremendamente infelices y nos genera una insatisfacción que no sabemos cómo abordar, ya que nuestro mundo gira en función al trato de otras personas.

Supone mucho esfuerzo comprender que nuestro valor personal va más allá del reconocimiento, más allá de si hacemos mal o bien las cosas, de si conseguimos generar los resultados esperados, de si estamos haciendo o no lo correcto. Nuestro valor reside en nosotros mismos, en mostrarnos tal y como somos y sentir que somos dignos de amor a pesar de todo.

Amarse a uno mismo significa vivir en coherencia contigo mismo y aceptar tus cualidades y defectos, sin condiciones. 

Sin embargo, muchos de nosotros no somos felices porque vivimos desconectados de nuestro corazón. De ahí que hay personas que no soportan estar consigo mismas, en silencio y sin hacer nada.

La clave para poder amar a las demás personas es, primero que todo, querernos a nosotros mismos.

Es imposible ofrecer a los demás lo que a nosotros nos falta: 

Si no somos capaces de sentir amor por nosotros mismos, será imposible que podamos tener una relación de pareja sana o amar a nuestros hijos de manera incondicional. 

Y lo más importante: Reconocer, Aceptar y Agradecer a Nuestros Padres vivos o finados por la Vida que nos dieron, aún con lo bueno y lo no tan bueno, sea como haya sido.

Y ¿Qué significa exactamente “Quererse a uno mismo”? 

Quererte a ti mismo está muy ligado a saber darte la oportunidad de sacar la mejor versión de ti, descubriendo el potencial que tienes en todos los niveles: Físico, Emocional-Afectivo, Social, Espiritual. 

Quererte a ti mismo, significa ser honesto contigo mismo y con los demás, y comprometerte con tu vida, como si fuese una Película, siendo el actor principal o el Protagonista de todo lo que te pasa o mejor aún de lo que tú decides que te pase y hasta ponerle género a tu Película… 

¿Tu vida es un Drama? ¿Una Comedia? ¿Es de Miedo y suspenso? ¿Aventura? ¿Acción? ¿Es Romántica? ¿Infantil?

Al ser el Actor principal de tu propia Vida, TÚ ELIGES EL GÉNERO DE TU VIDA.

Psicóloga Rocío González Galván