Las vacunas contra el Covid-19 no contienen elementos como metales ferromagnéticos que puedan lograr que un imán se pegue a la piel.
De acuerdo a las Naciones Unidas y expertos en salud, en las vacunas hay un antígeno, proteínas y estabilizadores, entre otros; ninguno de estos componentes puede causar que un imán se quede pegado en el brazo de las personas.
Por redes sociales circulan diversos videos en los cuales se puede apreciar que un imán se pega en el brazo de personas que supuestamente han recibido la vacuna contra el Covid-19.
Algunos de los videos cuentan con miles de reproducciones en Twitter. En ellos, los usuarios comentan que se debe a que las vacunas supuestamente contienen metales o microchips utilizados para rastrear y controlar la actividad cerebral de aquellos que la recibieron, pero ésto es falso.
¿Sería posible inyectar un microchip?
Las vacunas contra el Covid-19 no contienen microchips. La doctora Rocío Tirado del departamento de Microbiología y Parasitología de la UNAM declaró que las vacunas pasan por varias fases de pruebas rigurosas antes de estar disponibles al público. Colocar un microchip en una vacuna no podría cumplir con la normativa sanitaria establecida por los organismos reguladores. Por lo tanto, una vacuna con estas características no pasaría las pruebas que le permitieran la circulación.
Además de que los controles sanitarios no permitirían agregar un microchip, los costos de hacerlo serían muy elevados. Tirado plantea también que recibir una vacuna con un agente de este tipo, provocaría una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmunológico. Con esta reacción, los pacientes se percatarían inmediatamente si hubieran sido inyectados con un microchip.
El físico Jordi Sort, quien lidera el Grupo de Materiales Inteligentes de Nanoingeniería, Nanomecánica y Nanomagnetismo en la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), aclara que, para crear el efecto que se observa en los vídeos, “se necesitaría un implante debajo de la piel con una cantidad suficiente de material ‘magnético’ para que atrajera un imán”. Y las vacunas no llevan tal implante.
“Imaginemos que ponemos unas cuantas partículas de hierro sobre un papel y que por debajo acercamos un imán. La cantidad de partículas de hierro que se necesitaría para compensar el peso del propio imán (y que este no se cayera por el peso de la gravedad) sería bastante grande. El líquido de las vacunas [con los metales que se necesitarían para causar ese efecto] no sería ni siquiera transparente”, añade el físico.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos también confirman en su página web que las vacunas no llevan microchips ni otros dispositivos similares.
¿Que hay de los metales pesados?
La cantidad necesaria de metales ferromagnéticos –es decir aquellos con las propiedades que los hacen ser atraídos por un imán– para lograr que el imán se quedara pegado a la piel no es inyectable en los mililitros que contiene la vacuna.
Si la vacuna contuviera alguno de estos elementos serían visibles, puesto que los metales ferromagnéticos no son transparentes.
¿Y los videos donde se pegan los metales a la piel?
Los imanes quedan sujetos debido a la humedad o grasa de la piel, otra posibilidad es que la presión que se ejerce sobre ellos ocasiona que se queden pegados momentáneamente.
En conclusión, los videos que circulan en redes sociales asegurando que las vacunas contienen metales que ocasionan que un imán se quede pegado solo desinforman. Es falso que las vacunas contra el Covid-19 contienen microchips o metales ferromagnéticos.