En el corazón del Vaticano, dentro de la majestuosa Capilla Sixtina y justo a los pies del imponente fresco del Juicio Final de Miguel Ángel, se encuentran dos discretas puertas a los lados del altar. La puerta izquierda, de apariencia sencilla pero de profundo significado, conduce a un espacio conocido como “la sala de las lágrimas” o Stanza delle Lacrime. Este lugar íntimo y reservado es testigo de uno de los momentos más trascendentales en la vida de un cardenal: su transformación en Papa.
Un espacio para la reflexión tras la elección
Inmediatamente después de ser elegido Sumo Pontífice por el Colegio Cardenalicio durante el cónclave, el nuevo Papa se retira a esta pequeña sala. El nombre, “sala de las lágrimas”, evoca la intensa emoción y la profunda responsabilidad que embargan al recién electo líder de la Iglesia Católica. Se dice que en este espacio, el cardenal electo puede experimentar una mezcla de alegría, temor y humildad ante la magnitud de la tarea que se le encomienda.
El cambio de vestiduras: Un símbolo de su nuevo rol
Uno de los actos simbólicos más importantes que tienen lugar en “la sala de las lágrimas” es el cambio de vestiduras. El nuevo Papa se despoja de su sotana cardenalicia y viste por primera vez la sotana blanca papal.
Se le ofrecen tres tallas diferentes (pequeña, mediana y grande) preparadas con antelación, para asegurar que la vestimenta se ajuste a su figura. Este cambio de hábito representa la asunción de su nuevo rol como Vicario de Cristo en la Tierra y Pastor de la Iglesia Universal.
Oración y recogimiento antes de la aparición pública
Además del cambio de vestiduras, “la sala de las lágrimas” ofrece al nuevo Papa un espacio de recogimiento y oración antes de su primera aparición pública en el balcón de la Basílica de San Pedro. En este momento de profunda reflexión, el pontífice puede encomendar su pontificado a la guía divina y prepararse espiritualmente para su encuentro con los fieles y el mundo.
Un lugar cargado de historia y significado
Aunque de dimensiones modestas, “la sala de las lágrimas” está cargada de historia y significado para la Iglesia Católica. Ha sido testigo silencioso de la elección de innumerables Papas a lo largo de los siglos, marcando el inicio de sus pontificados.
Este espacio representa la transición de un hombre a la máxima autoridad de la Iglesia, un momento de profunda trascendencia espiritual y humana.
Te puede interesar: Inicia el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco: cardenales se reunen en la Capilla Sixtina