La canción por la que Microsoft pagó unos 3 millones de dólares para usarla

Fernando Aguilar

No he logrado encontrar una respuesta clara de por qué cuando me preguntan por mi artista solista favorito, nunca menciono a Elvis Presley; y cuando me preguntan por mi grupo o banda favorita, nunca menciono a “The Rolling Stones”.

Simplemente hago un comentario “chusco” referente a que “The Beatles” representaban como una mamá quería que fueran sus hijos y “The Rolling Stones” representaba como una mamá no quería que fueran sus hijos.

Sin embargo, no puedo quedarme tranquilo si escucho los acordes de “(I can’t get no) Satisfaction”, inmediatamente la empiezo a bailar (a veces imitando los movimientos del líder de la banda: Mick Jagger) y a cantar.

Una realidad es que para 1965 los “Stones” eran vistos como sucios, cínicos, escépticos, groseros.  Y para colmo “Satisfaction” vino a confirmarlo y los transformó, como lo expresaran en su momento Mick Jagger y Keith Richards: “pasamos de ser una banda más, a ser una banda monstruosa”.

Inmediatamente, la canción se convirtió en el hit del verano del ’65, un himno para muchas generaciones y la canción icónica del grupo que además los catapultó al reconocimiento que ahora tienen.

El “riff” de Richards era la distorsión del sonido y todos querían imitar ese “nuevo sonido”, en pocos días se agotaron los pedales de distorsión Gibson Maestro fuzz box que marcaban el nuevo sonido del rock.  No tengo duda que debe ser uno de los “riffs” más conocidos por propios y extraños.

Un día como hoy de ese 1965, “The Rolling Stones” comenzaban un período de cuatro semanas con “Satisfaction” en el número uno de las listas en Estados Unidos.  En Inglaterra sólo llegó a la posición 4 porque además fue prohibida de tocarse en estaciones de radio comerciales por considerarse “sexualmente sugestiva”, sólo las estaciones “piratas” la tocaban libremente.

Microsoft pagó alrededor de 3 millones de dólares para poder utilizarla en el lanzamiento de su sistema operativo Windows 95.

Los dejo con ésta versión en vivo de “Satisfaction” y con la pregunta que inmortalizara Andrew Loog Oldham: “¿usted dejaría que su hija se case con un Rolling Stone?”…

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