Thalía Becerra
Hamás ha confirmado que el reciente ataque aéreo israelí en Doha, la capital de Qatar, resultó en la muerte de seis personas.
Según el comunicado, las víctimas del ataque incluyeron al hijo del negociador en jefe, Jalil al-Hayya, el jefe de su oficina y tres de sus guardaespaldas. También se confirmó la muerte de un miembro de las fuerzas de seguridad de Qatar.
La organización enfatizó que a pesar de las bajas, ninguno de sus negociadores principales falleció en el bombardeo.
Condena de Qatar y la postura de Estados Unidos
El ataque en su territorio enfureció a Qatar, que ha servido como un mediador fundamental entre Israel y Hamás. El país condenó el bombardeo como una “violación flagrante de todas las leyes y normas internacionales”.
El incidente también ha generado críticas por parte de la comunidad internacional, incluyendo al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien condenó el ataque y llamó a las partes a trabajar por la paz.
Por su parte, Estados Unidos se distanció de la operación, calificándola como un “incidente desafortunado” e informando que el presidente Donald Trump ya ha transmitido sus “preocupaciones” al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Riesgos para el proceso de paz
El ataque se produjo en un momento sensible, ya que la delegación de Hamás se encontraba en Doha para considerar una propuesta para un alto el fuego en la Franja de Gaza y la liberación de los rehenes.
La operación israelí ha puesto en riesgo estas conversaciones, generando incertidumbre sobre el futuro de las negociaciones.
Aunque Hamás confirmó la supervivencia de sus líderes, el bombardeo ha demostrado la determinación de Israel de atacar a la cúpula del grupo, incluso fuera de los territorios palestinos.
La condena internacional demuestra la preocupación por una posible escalada que afecte a otros países de la región.
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