La Fiscalía de Estados Unidos en Illinois ha resuelto la liberación definitiva de Pablo Vega Cuevas, conocido en el ámbito criminal como ‘El Transformer’. Vega Cuevas, un miembro de la organización criminal Guerreros Unidos y considerado una pieza clave para esclarecer la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014, será puesto en libertad este 11 de julio de 2025, tras una sentencia de 10 años, que ya ha sido considerada como “cumplida” por el tiempo que ha permanecido encarcelado.
Esta decisión, que cierra un juicio de 12 años de duración en la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois, se produce a pesar de las repetidas peticiones de colaboración por parte de gobiernos mexicanos para obtener información vital sobre el trágico caso. La liberación de ‘El Transformer’ sin haber brindado información pública sobre Ayotzinapa ni haber entregado la totalidad de sus ganancias producto del narcotráfico de heroína y cocaína, genera serias interrogantes y complejidades para la investigación pendiente en México.
El proceso judicial en Estados Unidos: Detención y sentencia cumplida
Pablo Vega Cuevas fue detenido en diciembre de 2014 por las autoridades estadounidenses, apenas dos meses después de la tragedia de Iguala. Su arresto marcó el inicio de un prolongado “estire y afloje” legal, donde las autoridades de ese país buscaron obtener información sobre sus actividades ilícitas y sus conexiones. El juicio, que se extendió por 12 años, demostró la complejidad del caso y la dificultad de obtener cooperación por parte del implicado.
MILENIO ha revelado un documento de la Corte Federal que detalla cómo, tras más de una década de proceso, la Fiscalía finalmente recomendó una sentencia de solo 10 años. Esta condena será refrendada el 11 de julio por el juez Jorge L. Alonso. Lo más relevante es que el Gobierno de Estados Unidos emitió un memorándum el 22 de mayo de 2025, en el que recomendaba que la sentencia ya fuera considerada “cumplida”.
Esto se debe a que, desde su encarcelamiento hace 12 años, ‘El Transformer’ ha excedido el tiempo establecido en prisión. Las autoridades estadounidenses aclararon que el tiempo en prisión es “suficiente y no mayor de lo necesario”, basándose en los hechos del caso, la cooperación del implicado en las investigaciones y sus antecedentes.
Como parte de su acuerdo de culpabilidad, Vega Cuevas aceptó renunciar a cualquier derecho sobre un millón 745 mil dólares provenientes de sus actividades ilícitas. Sin embargo, la Fiscalía ha reconocido que hasta el momento no se han localizado fondos suficientes para cubrir esta sentencia monetaria, lo que significa que el dinero de sus ganancias del narcotráfico no será recuperado públicamente en su totalidad.

‘El Transformer’ y su rol clave en Guerreros Unidos y el narcotráfico
Las agencias estadounidenses, en particular la Administración para el Control de Drogas (DEA), conocían a Pablo Vega Cuevas como un mexico-americano que controlaba el trasiego de drogas a Illinois alrededor de 2014. Su modus operandi consistía en pasar la droga en camiones de pasajeros que llegaban desde México, una práctica que fue clave para su identificación y la posterior intercepción de sus llamadas telefónicas con cómplices.
A través de este espionaje telefónico, la DEA descubrió que Vega Cuevas no solo era parte de Guerreros Unidos, sino que era uno de sus líderes al controlar la operación en Estados Unidos. Su conexión en México era directa con José Ángel Casarrubias Salgado, ‘El Mochomo’ o ‘El Soldado del Amor’, y con su hermano Adán Casarrubias, conocido como ‘El Tomate’ o ‘El Silver’.
Estos hermanos son considerados fundadores de los Guerreros Unidos, lo que subraya la importancia de la posición de ‘El Transformer’ en la estructura criminal. Adán Casarrubias, de hecho, fue sentenciado en Estados Unidos a 11 años de prisión apenas en marzo pasado.
Las investigaciones revelaron que Vega Cuevas admitió su responsabilidad en el tráfico de heroína y cocaína desde México hacia Chicago, utilizando compartimentos ocultos en autobuses comerciales de transporte. La droga era almacenada en bodegas ubicadas en Chicago, Aurora y Batavia, desde donde era distribuida a clientes mayoristas. En paralelo, operaba un sofisticado esquema de lavado de dinero que movilizó millones de dólares.
El vínculo con el horror de Iguala: Los chats interceptados y el “quinto camión”
Fue a través de la intercepción de comunicaciones que la DEA se topó con información que cambiaría el curso de una de las desapariciones masivas más aterradoras en la historia de México: el caso Ayotzinapa. Durante los días de la desaparición de los 43 normalistas, miembros de Guerreros Unidos hablaban en chats de redes sociales sobre “ciertos movimientos de ‘paquetes’ de bolsas” y la necesidad de “deshacerse de ellos”.
Conversaciones como esta fueron interceptadas: “Se nos metieron los contras con los ayotzinapas (sic) y hubo una vergaseraaa (sic)”. Hasta el día de hoy, las autoridades mexicanas, incluyendo la Fiscalía General de la República (FGR), creen que en estos chats se referían a los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Según una de las versiones que se manejan en la investigación, los dirigentes de Guerreros Unidos, que entonces controlaban Iguala, habrían pensado que entre los estudiantes se habían infiltrado miembros de Los Rojos, un grupo rival de narcotraficantes.
Otra conversación interceptada revela el horror de las instrucciones: “Las instrucciones originales eran quemar a los estudiantes, pero al ser muchos decidieron repartirlos por lo que El Chuky (un lugarteniente) les metió machete y los metieron en bolsas para que cada grupo se deshiciera de ellos como quisiera”.
La relevancia de estos chats llevó al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador a solicitar personalmente en 2023 a la entonces vicepresidenta Kamala Harris el expediente de aquellas conversaciones. El objetivo era esclarecer el papel del “quinto camión”, donde viajaban algunos estudiantes, y que presuntamente transportaba un cargamento de heroína hacia Chicago, donde operaba Pablo Vega Cuevas.

La búsqueda de información y la incógnita de la repatriación
Desde la detención de Vega Cuevas en 2014, los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, a través del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), han solicitado al gobierno federal mexicano que establezca un mecanismo de colaboración con Estados Unidos.
Su objetivo era que ‘El Transformer’ proporcionara información que ayudara a esclarecer la desaparición de los estudiantes. Santiago Aguirre, entonces director del Centro Prodh, intentó un acercamiento con Vega Cuevas, ya sea a través de su defensa legal o mediante un interrogatorio.
Sin embargo, estas gestiones con las autoridades estadounidenses quedaron relegadas tras el nombramiento de Rosendo Gómez Piedra como titular de la Unidad Especial para la Investigación y Litigio del Caso Ayotzinapa (UEILCA). El documento de sentencia indica que Vega admitió su responsabilidad en el narcotráfico, pero no se ha dado a conocer que haya ofrecido información específica sobre el caso Ayotzinapa.
Pablo Vega Cuevas había sido liberado bajo fianza en 2023, bajo estricta vigilancia, mientras esperaba la resolución final de su caso. Ahora, la recomendación de una sentencia ya cumplida implica su liberación completa. A pesar de ello, el documento judicial señala que Vega Cuevas es “residente legal permanente, pero podría ser deportado a México”.
Aunque la Fiscalía General de la República de México no ha anunciado públicamente una nueva orden de aprehensión vigente contra Vega Cuevas, ni ha dado a conocer acciones diplomáticas de extradición recientes, la gravedad de los mensajes interceptados por autoridades estadounidenses mantiene abierta la posibilidad de que el gobierno mexicano tome acciones para su repatriación y procesamiento en el país.
Te puede interesar: Fallece Diojo Jota, delantero del Liverpool, a los 28 años