El presidente Andrés Manuel López Obrador confesó que en diciembre de 2013 se resignó a morir, cuando sufrió un infarto en la Ciudad de México.
Durante una gira de trabajo en Huamantla, Tlaxcala, el mandatario mexicano relató detalles del incidente médico que vivió hace casi nueve años y aseguró que fue la atención oportuna lo que le salvó la vida; “cerró por completo la vena” y gracias a la rápida intervención de un cardiólogo me salvaron la vida”.
“Les hablo de esto porque yo lo padecí y me salvé porque me atendieron a tiempo. Se me cerró por completo la vena, la arteria, llegué a urgencia a las 2:00 de la mañana y ese medicamento que tienen ahí, me lo aplicaron y abrió un poquito la arteria.
“Era tanto el dolor que tenía que llegué a resignarme, porque ya no podía, no soportaba ese dolor, los que han tenido infarto saben de lo que estoy hablando. Afortunadamente se abrió un poco la arteria. Por esa intervención a tiempo y ya llegó el cardiólogo, el especialista, ya me intervinieron, me hicieron cateterismo y me salvaron”, dijo.
Al haber experimentado esto, el presidente López Obrador, acompañado por la gobernador Lorena Cuéllar (Morena), se comprometió a construir una unidad especializada en la entidad para hacer operaciones que tiene que ver con el cateterismo, y equiparla con todo lo necesario.
“Entonces el tener eso aquí es importante y el poder hacer el cateterismo que solamente hay en Puebla, pero no hay en Tlaxcala, entonces tenemos que hacer ese compromiso de que el enfermo pueda salir de aquí a Tlaxcala y tener ahí a los especialistas para salvarle la vida”, indicó.