Este día se celebra un año más el Día del número Pi con actividades para la divulgación de las matemáticas en todo el mundo.
Esta celebración fue una ocurrencia del físico Larry Shaw hace 31 años, en San Francisco, y ha ido ganando en popularidad, hasta el punto de contar en 2009 con una resolución favorable de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, en la que se declaraba oficialmente el 14 de marzo como Día Nacional de Pi.
¿Qué es el número Pi?
La definición oficial lo describe como “el número que se obtiene al dividir la longitud de una circunferencia por su diámetro”. Utilizado tanto en problemas matemáticos, de física y también en el mundo de la Ingeniería. Se lo considera un número irracional, así como una constante matemática de gran valor.
El número Pi ya era conocido en el Antiguo Egipto, hace casi 4.000 años. Aunque no se comenzó a llamar así hasta el siglo XVIII. En matemáticas se usa la letra griega π, la letra inicial de las palabras periferia y perímetro.
Hay indicios que demuestran que los babilonios lo calcularon como 3.125. Los egipcios pensaban que las pirámides de Giza estaban construidas sobre los principios de Pi. La altura vertical de las pirámides tiene la misma relación con el perímetro de su base que la relación entre el radio de un círculo y su circunferencia. Los chinos usaron el número entero 3 para calcular Pi mucho antes que en occidente, gracias a que tenían conceptualizado el cero. Para el año 1,665, Isaac Newton calculó Pi con 16 decimales. Esto fue antes de que se inventaran las computadoras, por lo que determinar 16 dígitos era un gran problema.
Fue en el año 1,700 que Thomas Lagney calculó 127 decimales de Pi para alcanzar un nuevo récord. En la segunda mitad del siglo XX, el número de dígitos de Pi aumentó de 2,000 a 500 mil. En 2017 un científico suizo calculó más de 22 mil millones de Pi.
En el siglo V el astrónomo chino Zu Chongzhi ofreció una forma sencilla de recordar la aproximación más precisa: dividir 355 por 113. Nos da: 3,1415929. No fue superada en casi 1.000 años. En la actualidad se usan superordenadores que son capaces de calcular billones de decimales. En 2019 la informática japonesa Emma Haruka Iwao utilizó la nube de Google para llegar hasta los 31,4 billones de decimales.