La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó recientemente que la fase crítica del covid-19 ha concluido, pero advirtió enfáticamente que no debemos bajar la guardia.
“La enfermedad llegó para quedarse” anunció , y el virus del SARS-CoV-2 sigue propagándose y afectando a cientos de miles de personas en todo el mundo.
Según el último boletín epidemiológico de la Ssa, al finalizar la semana epidemiológica 52 de 2022, se registraron tres millones 133 mil 960 casos de contagio de covid-19 en todo México.
Esta cifra es significativamente mayor que la cantidad de casos confirmados en 2021, cuando hasta la misma semana epidemiológica se habían contabilizado dos millones 522 mil 706 casos.
Es importante también resaltar que el número de casos reportados hasta la misma semana de 2022, de infecciones por influenza, fue de 10 mil 508, en comparación con solo mil 493 casos reportados en la misma semana de 2021.
Esto indica que, aunque el covid-19 ha sido una prioridad en la salud pública, no debemos subestimar otras enfermedades infecciosas.
Es fundamental mantener la vigilancia y la implementación de medidas preventivas para controlar tanto el covid-19 como otras enfermedades transmisibles.
El esfuerzo conjunto de la sociedad, las instituciones de salud y las autoridades es esencial para enfrentar estos desafíos y proteger la salud de todos.
Las principales víctimas: los adultos mayores
Según los datos del Inegi, el impacto más significativo de las defunciones por covid-19 continúa afectando principalmente a los grupos de edad avanzada.
Durante el año 2022, se registraron un total de 36,880 defunciones por esta causa, y es alarmante que 24,244 de estos casos ocurrieron en personas de 65 años y más, lo que representa un alto 65.7% del total.
El segundo grupo más afectado corresponde a las personas de 55 a 64 años, con un total de 6,286 defunciones, lo que representa un 17% del total registrado.
En conjunto, aproximadamente el 82.6% de todas las defunciones por covid-19 el año pasado ocurrieron entre personas mayores de 55 años.
Estos datos subrayan la necesidad de proteger a los adultos mayores y brindarles especial atención durante la pandemia. Implementar medidas específicas de prevención y cuidado en este grupo de edad puede contribuir significativamente a reducir la carga de la enfermedad y preservar la salud y bienestar de la población más vulnerable.