En un giro alarmante en la política migratoria de Estados Unidos, EE.UU, el gobierno de Donald Trump ha puesto en marcha una estrategia sin precedentes: premiar con bonos a los agentes migratorios que capturen al mayor número de indocumentados considerados “peligrosos”, mientras recluta civiles para sumarse a la cacería.
La Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lanza campaña de reclutamiento nacional donde invita a ciudadanos estadounidenses a unirse a sus filas, con sueldos que van desde 28 mil pesos hasta 140 mil 525 si participan en redadas nocturnas u operativos sensibles, confirmaron sindicatos y personal. Incluye armas, entrenamiento táctico y el incentivo de participar directamente en operativos para “limpiar el país de lo peor de lo peor”.
Se dio a conocer que agentes migratorios reciben bonos mensuales que van desde mil 500 dólares (28 mil 100 pesos) hasta 5 mil (93 mil 683 pesos), dependiendo por el volumen de detenciones.
En zonas como Arizona, California y el sur de Florida en Estados Unidos, los pagos han llegado a superar los 7 mil 500 dólares (140 mil 525 pesos) si se participa en redadas nocturnas u operativos sensibles.
Estas cifras se suman al sueldo base de los agentes federales.
Es decir, un agente que mantenga productividad alta puede recibir entre 132 mil y 234 mil dólares (entre 2 millones 473 mil y 4 millones 384 mil pesos), muy por encima del promedio salarial de policías estatales que ronda los 50 mil dólares (936 mil pesos) anuales.

Convocatoria ICE en EE.UU
La convocatoria ha causado alarma en comunidades migrantes, al estar cargada de un lenguaje fuerte y polarizante.
ICE pide a los aspirantes que se sumen a la búsqueda de “lo peor de lo peor”: personas con antecedentes penales graves, incluyendo homicidio, abuso sexual y tráfico de drogas. “¿Quieres sacar a los malos? Únete a ICE y ayuda a proteger a Estados Unidos”, se lee en una de sus publicaciones oficiales.
En palabras de ICE, el objetivo es capturar a migrantes con antecedentes graves como homicidio, abuso sexual, secuestro o narcotráfico. La convocatoria está cargada de un lenguaje confrontativo: “¿Quieres sacar a los malos? Únete a ICE”.
Donald Trump ha ordenado que se otorguen bonificaciones económicas a los agentes más eficaces, lo que ha despertado críticas de organizaciones de derechos humanos.
Se teme que esta política incentive la persecución desmedida, la discriminación racial y posibles abusos de poder, al establecer metas de detención sin garantías claras de debido proceso.
Las imágenes promocionales de esta campaña muestran a los agentes como héroes de acción, en un estilo más cercano al cine que a la legalidad institucional.
Para algunos sectores, esta nueva “militarización civil” representa un retroceso en los derechos de los migrantes y un uso riesgoso del poder del Estado.
Aunque ICE ha argumentado que se enfoca en criminales peligrosos, organizaciones defensoras de derechos humanos temen que esta retórica justifique redadas más agresivas y discriminatorias.
Mientras tanto, en los estados fronterizos, comunidades migrantes viven con creciente temor ante posibles redadas masivas y la participación de civiles armados que carecen de experiencia en el trato con personas vulnerables.