La temporada decembrina suele asociarse con reuniones familiares, celebraciones y alegría. Sin embargo, para muchas personas este periodo puede convertirse en una etapa de tristeza profunda, ansiedad y malestar emocional. Uno de los trastornos más relacionados con esta época es el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), también conocido como depresión invernal.
La doctora Angélica Juárez Loya, coordinadora del área de Psicología Clínica y de la Salud de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica que durante diciembre se combinan factores ambientales y sociales que pueden detonar o intensificar síntomas depresivos.
¿Qué es el Trastorno Afectivo Estacional?
El Trastorno Afectivo Estacional es una forma de depresión que aparece en determinadas épocas del año, principalmente en otoño e invierno. De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR), se clasifica como un trastorno depresivo mayor con patrón estacional.
Aunque suele relacionarse con el invierno, la especialista aclara que la depresión puede presentarse en cualquier momento del año, pero en diciembre suele intensificarse debido a las exigencias emocionales propias del cierre del año.
¿Por qué diciembre puede afectar el estado de ánimo?
Según la experta de la UNAM, en esta época influyen dos grandes factores:
- Cambios ambientales, como la disminución de la luz natural, que afecta la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, esenciales para regular el estado de ánimo.
- Presiones sociales, relacionadas con las fiestas, las expectativas familiares, los balances personales y económicos, así como la comparación social.
Estos elementos pueden provocar mayor vulnerabilidad emocional y aumentar el riesgo de síntomas depresivos.
¿Qué dicen los datos internacionales sobre el TAE?
Aunque en México no existen estadísticas oficiales sobre la depresión estacional, datos de la American Psychiatric Association señalan que:
- Aproximadamente 5 % de los adultos en Estados Unidos padecen TAE.
- Entre 10 % y 20 % presentan síntomas leves.
- Hasta 6 % requiere hospitalización.
- Los síntomas pueden extenderse hasta 40 % del año, con mayor intensidad en enero y febrero.
- Es cuatro veces más frecuente en mujeres.
- Afecta principalmente a personas entre 18 y 30 años.
La prevalencia también varía según la latitud y factores climáticos, lo que explica por qué no todas las regiones experimentan el trastorno de la misma forma.
¿Cuándo la tristeza deja de ser normal?
La doctora Juárez Loya subraya que es importante identificar cuándo la tristeza deja de ser pasajera. Existen dos síntomas clave que requieren atención:
- Anhedonia, es decir, perder el interés o el placer en actividades que antes se disfrutaban.
- Tristeza persistente durante más de dos semanas, sin lograr regularla.
A estos se pueden sumar otros signos como:
- Alteraciones del sueño
- Fatiga constante
- Irritabilidad o ansiedad
- Aislamiento social
- Sentimientos de culpa excesiva
- Cambios en el apetito, especialmente mayor consumo de carbohidratos
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones
Ideación suicida: una señal de alerta grave
Uno de los indicadores más serios es la ideación suicida, que se manifiesta cuando una persona piensa de manera recurrente que su muerte podría ser una solución a sus problemas.
La especialista enfatiza que estos pensamientos nunca deben minimizarse ni interpretarse. Hablar de quitarse la vida es una señal clara de que se necesita ayuda profesional inmediata.
¿Quiénes son más vulnerables en diciembre?
Aunque la depresión no distingue nivel socioeconómico, algunos grupos presentan mayor riesgo durante esta época:
- Adultos mayores que viven solos
- Personas con antecedentes de depresión
- Quienes atraviesan procesos de duelo
- Adolescentes, cuya tristeza puede expresarse como irritabilidad
- Personas con alta presión social o familiar
En México, aunque no existe un diagnóstico formal de “depresión estacional”, la académica señala que la demanda de atención psicológica aumenta notablemente en estas fechas, y las clínicas universitarias suelen operar al límite de su capacidad.
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