Fernando Aguilar
Uno de los grupos más exitosos e importantes de los 90s, formada en Wigan, Inglaterra, en 1989 y ubicada en el género de rock alternativo, me pongo de pie para darle la bienvenida en éste espacio a “The Verve”.
Su ícono es el vocalista Richard Ashcroft, un “mago” de la guitarra es Nick McCabe, para la canción de hoy fue muy importante la integración de Simon Tong como segunda guitarra, Peter Salisbury se encarga de la batería y cierra la formación el bajista Simon Jones.
Un día como hoy de 1989 anunciaban su separación… por segunda ocasión. Pero ya habían logrado su permanencia en el gusto del público con su álbum de 1997 “Urban hymns”, un clásico del britpop, que llegó al primer lugar de las listas británicas y se mantuvo en ellas por CIEN semanas. Fue su tercer álbum en estudio.
Dos sencillos de ese larga duración lograron el primer lugar “The drugs don’t work” y el éxito de éxitos “Bitter sweet symphony”. No podemos dejar de mencionar “Lucky man” y “Sonnet”.
Debe ser muy incómodo que tengas tanto éxito con una sola canción, que todas las demás queden eclipsadas y te quieran catalogar como “a one hit wonder”.
El lado obscuro de “Bitter sweet symphony” es verdaderamente negro y triste y trato de resumirlo:
En 1955 “The Staple Singers” graban “This might be the last time”, “The Rolling Stones” graban “The last time” que además de “copiar” la mencionada canción, tiene un riff muy especial (legalmente no hay ningún reclamo), el productor de los “Stones”, Andrew Loog Oldham graba varios éxitos de ese entonces en versión orquesta incluyendo “The last time” (hablamos de 1965) y el riff es muy peculiar. Avanzamos en la historia y Richard Ashcroft escribe “Bitter sweet symphony”, obtiene permiso para usar el riff de Oldham pero no lo hace sobre “The last time”, vaya complicación.
Después de que “Bitter Sweet Symphony” se convirtió en un éxito mundial, el grupo The Verve fue demandado por el mánager de The Rolling Stones, Allen Klein (quien posee los derechos de las canciones anteriores a 1970 de la banda). La reclamación se basaba en que The Verve había roto el acuerdo al usar una porción más larga que la que cubría la licencia, algo que The Verve discutió y nunca aceptó.
Legalmente, los derechos de la canción pertenecieron a Mick Jagger y Keith Richards, y “The Verve” no podía cobrar nada de su más grande éxito, ni siquiera de cuando fue utilizado por Nike en uno de sus anuncios.
La historia continuará, es momento de disfrutar ésta gran obra maestra (muy difícil seleccionar qué versión compartirles):