El santuario Cuacolandia, un faro de esperanza para equinos rescatados del maltrato, ha anunciado una noticia que marca un nuevo capítulo en su inspiradora historia: el cambio de su sede. Esta decisión, que se ha dado a conocer a hace unos días, busca expandir y fortalecer el legado de su fundadora, Elena Larrea, quien dedicó su vida a la protección animal. El movimiento no es solo un cambio geográfico, sino una promesa de mayor capacidad y un compromiso renovado con el bienestar de caballos, mulas y burros.

El corazón de Cuacolandia
La historia de Cuacolandia es inseparable de la figura de Elena Larrea Zepeda Carranza. Elena, una activista y modelo mexicana, fundó este albergue en Atlixco, Puebla, con una misión clara: rescatar y rehabilitar equinos que habían sufrido abuso y abandono. Su amor por los caballos y su incansable lucha la llevaron a crear un espacio donde estos animales pudieran vivir en libertad y recuperarse de sus traumas.
El fallecimiento de Elena en marzo de 2024, a los 35 años, debido a una trombosis pulmonar, dejó una profunda tristeza e incertidumbre sobre el futuro de Cuacolandia. Sin embargo, su legado y la pasión que infundió en su equipo y seguidores han demostrado ser más fuertes que la adversidad.
Su hermana, Beatriz Larrea, y la administración del santuario, asumieron el compromiso de mantener viva la misión de Elena, asegurando la continuidad del cuidado de los más de 50 equinos que residen en Cuacolandia. La determinación del equipo y el apoyo de la comunidad han sido fundamentales para que el santuario no solo subsista, sino que ahora se prepare para crecer.
Un nuevo amanecer
El anuncio del traslado de Cuacolandia ha sido recibido con entusiasmo por la comunidad protectora de animales y los miles de seguidores del santuario en redes sociales.
El cambio de sede fue impulsado por la administración actual del santuario, incluyendo a Beatriz Larrea y todo el equipo que trabajó junto a Elena, quienes buscan expandir el impacto del proyecto. La noticia se compartió en redes sociales alrededor del 25 y 26 de mayo, generando una ola de apoyo mientras se despedían de su antigua ubicación en Atlixco, Puebla.
Aunque la nueva sede aún no se ha revelado públicamente, el principal motivo de este cambio es la ambición de “cuidar mejor, sanar más, y abrazar nuevas historias”, lo que sugiere una búsqueda de mayores recursos y capacidad para la rehabilitación y el cuidado de los equinos.
En esencia, el propósito fundamental de esta reubicación es impulsar y ampliar el legado de Elena Larrea, permitiendo que Cuacolandia continúe rescatando y rehabilitando a más caballos, mulas y burros, reafirmando así su compromiso con el bienestar animal y con la promoción de una cultura de respeto hacia estos animales.

El legado de Elena Larrea
El cambio de sede de Cuacolandia es un recordatorio poderoso del impacto duradero de Elena Larrea. Su activismo no solo se manifestó en el rescate directo de animales, sino también en la incidencia política. Elena fue una figura clave en la tipificación del delito de zoofilia en Puebla y en la reforma a la Ley del Bienestar Animal en el estado, conocida como la “Ley Elena”, que castiga severamente el maltrato animal, especialmente contra equinos. Su lucha no solo se limitó a Puebla; a través de su visibilidad, inspiró a nivel nacional la creación de leyes similares en otras entidades federativas.
La reubicación de Cuacolandia es un símbolo de resiliencia y expansión. Es un testimonio de que, a pesar de la pérdida de su fundadora, la misión de este santuario está más fuerte que nunca. Este nuevo capítulo no solo beneficia a los animales que ya están bajo su cuidado, sino que abre las puertas a nuevas historias de rescate y sanación, asegurando que el amor y la dedicación de Elena Larrea continúen transformando vidas.
Noticias Puebla Tras la muerte de Elena Larrea, Cuacolandia hace el primer rescate