Sergio Assia
Llevamos poco mas de año y medio conviviendo con el COVID con mas de 187 millones de enfermos y contando, así ya lo vamos conociendo, ya sabemos que el contagio predominantemente es por vía aérea, que el período de incubación es de 4 a 14 días, con media de 7, los síntomas mas comunes son fiebre, tos, dolor de cabeza, garganta o todo el cuerpo, falta de aire, náusea, vómito o diarrea y pérdida del olfato o gusto en grados variables, entre muchos otros síntomas menos comunes.
El curso de la enfermedad es muy variable, va desde ningún síntoma o síntomas leves en el 80% de los casos a enfermedad severa con hipoxia que requiere apoyo respiratorio en el 14%, o enfermedad crítica en el 5% que requiere terapia avanzada, con una fatalidad del 2-3%.
El riesgo se incrementa con la edad, sobre todo en mayores de 65 años, también hay mayores complicaciones y muerte en personas con algunas enfermedades agregadas como diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, etc.
La evolución está relacionada con la gravedad de los síntomas y las comorbilidades existentes, si después de 4 semanas persisten los síntomas se le llama COVID prolongado o con su nombre en inglés “Long COVID”, situación cada vez mas común, conforme aumentan los casos recuperados aumentan los casos de COVID prolongado, siendo un tercio aproximadamente del total de casos.
Los síntomas mas comunes son: fatiga, falta de aire, dolor torácico, tos, pérdida olfato o del gusto, dolores articulares o de cabeza, insomnio, pérdida de peso, mareo, sudoraciones, alteraciones del sueño, pérdida de la memoria, impotencia sexual, síndrome de stress postraumático, pobre concentración, depresión, ansiedad, disminución de la calidad de vida en mas del 50% después de 3 meses de la enfermedad.
Por supuesto que los adultos mayores y aquellos que sufrieron enfermedad grave serán los más afectados, pero eso no quiere decir que en aquellos con enfermedad leve o menores de 18 años no aparezca, se considera en diversas series que aproximadamente el 54% de los pacientes tenían por lo menos un síntoma después de 4 meses del contagio y 24% de menores con enfermedad leve, tendrán COVID prolongado, después de 9 meses, afectando su calidad de vida, relaciones interpersonales y su rendimiento escolar.
Con mucho, desconocemos la causa de esta compleja situación, que nos enseña a los médicos la humildad de reconocer nuestra ignorancia ante la aparición de nuevas enfermedades o simplemente ante presentaciones diferentes de enfermedades conocidas y apegarnos a la evidencia científica, evitando recurrir a tratamientos no convencionales, que se prestan a la charlatanería y solo desorientan al paciente.
Estamos ante una enfermedad diferente, que requiere un enfoque distinto, a lo que ya conocíamos, seguimiento, detección temprana, diagnóstico, rehabilitación acompañamiento psicológico o psiquiátrico y tratamiento oportuno cuando sea posible.
El COVID prolongado, requiere ser reconocido por la familia, la sociedad, las autoridades de trabajo y seguridad social para ofrecer al enfermo apoyo y seguridad desde todos los frentes, para lograr una recuperación integral; estamos lejos de ese punto, sigamos las medidas básicas de protección y apresurémonos a vacunarnos porque aunque sea una perogrullada al que no le da COVID no le dan efectos secundarios, no le dará COVID prolongado.
A cuidarse!
Saludos y hasta la próxima.
@sergioassia