Conchas marinas: La innovadora solución para sustituir el cemento y reducir el impacto ambiental

Thalía Becerra

El cemento Portland es el material de construcción más utilizado en el mundo, pero también uno de los más contaminantes siendo responsable del 8% de las emisiones globales de CO2.

Ante este desafío, un estudio reciente de la Universidad de East London (UEL) propone una alternativa revolucionaria: el uso de conchas marinas como sustituto parcial del concreto.

La investigación, liderada por los especialistas Ali Abbas e Anjana Kudukkan, demuestra que es posible transformar los desechos de la industria pesquera en un recurso sostenible.

Las conchas, compuestas principalmente por carbonato de calcio (CaCO3), comparten una estructura química muy similar a la piedra caliza utilizada en la fabricación tradicional de cemento.

Conchas marinas: La innovadora solución para sustituir el cemento y reducir el impacto ambiental

Reducción drástica de la huella de carbono

Los investigadores analizaron la mezcla de hormigón reemplazando el cemento por polvo de conchas. Los resultados arrojaron una disminución significativa en la huella de carbono:

  • Con una sustitución del 15%, las emisiones bajaron un 24%.
  • Con un cambio del 30%, la reducción alcanzó un 36%.

Esta innovación evitaría la liberación de hasta 119 kg de CO2 por cada metro cúbico de concreto producido. Además, el proceso de molienda de las conchas consume mucha menos energía que la calcinación convencional.

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Resistencia y viabilidad en la construcción real

Uno de los mayores retos para cualquier material nuevo es mantener la integridad estructural. Los investigadores realizaron pruebas de resistencia tras 28 días de fraguado.

La mezcla con una sustitución del 30% mostró una ligera disminución en su capacidad de carga, mientras que el compuesto con un 15% de reemplazo mantuvo una durabilidad prácticamente idéntica a la tradicional.

Mediante análisis de microscopía electrónica, se comprobó que el polvo de concha mejora la densidad del hormigón y reduce su porosidad. Además, su alcalinidad natural puede ayudar a evitar la corrosión.

Cada año, toneladas de conchas marinas terminan en vertederos o acumuladas en las costas, generando problemas ambientales y logísticos para la industria pesquera. Al integrar estos restos en la construcción, se fomenta una economía circular que convierte un residuo en una materia prima estratégica.

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