Así empieza el himno oficial del principado de Asturias: …patria querida, Asturias de mis amores… una tierra entrañable que es una comunidad autónoma uniprovincial que está bañada por las aguas del mar Cantábrico y que recibe su nombre de sus antiguos pobladores, los astures, que eran los que habitaban las orillas del ahora río Esla y que se llamó Astura. El nombre, la cultura y la población tiene origen celta.
La semana pasada viajamos por la capital Oviedo y esta vamos a recorrer el oriente del principado en donde se destaca dos puntos de referencia cultural y turística.
Gijón o como se dice en asturiano “Xixón” situado en las orillas del Cantábrico es conocida también como la capital verde e importante puerto que tiene una actividad cultural muy intensa que incluye el festival internacional de magia, la feria de teatro o el muy reconocido festival literario sobre la novela negra que lleva el nombre de “La semana negra de Gijon” y que incluye diversas actividades además de la presentación de libros.
En el cerro de Santa Catarina se encuentra uno de los símbolos de la ciudad y puerto; El Elogió del Horizonte conocido popularmente sólo como “El Elogio” que es una escultura de hormigón realizada por el escultor Vasco Eduardo Chillida, pasear por la zona permite disfrutar vistas únicas de la costa asturiana.
Entre los puntos turísticos más importantes se encuentra la playa de San Lorenzo, famosa también por ser la sede de festivales musicales en verano, el acuario local, el jardín botánico Atlántico, la iglesia de San Pedro, la plaza Mayor y la Ciudad Cultural ubicada en el edificio de la Universidad Laboral y que es un es un espacio para todo tipo de espectáculos y propuestas culturales.
Más al oeste llegamos a Villaviciosa, pequeña población junto al mar que es conocida por la gran producción de sidra y por la abundancia de manzanos, cerca de ahí se encuentran pequeñas aldeas que con su característica arquitectura le dan un aire muy especial, como los “Hórreos” que es una construcción destinada a guardar y conservar los alimentos.
Cerca de ahí, existe una aldea, que tiene como nombre “Priesca” y es el lugar donde mi abuelo Manuel Priesca nació y de ahí emigró a México a principios del siglo XX. Una tierra que siempre trae recuerdos familiares por su color, clima y también sabores que ahí se siguen disfrutando platillos como la fabada asturiana, que es emblemática de la región.
Viajemos juntos