Gabriela García Muñoz
Durante su misa dominical, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, manifestó que el reciente asesinato del padre Marcelo Pérez en Chiapas evidencia la realidad de violencia que atraviesa México, contradiciendo las declaraciones oficiales que sugieren lo contrario.
El líder religioso hizo un llamado a la sociedad para “no ser sorda” ante las necesidades de los grupos vulnerables, recordando la labor del padre Marcelo con las comunidades indígenas.
“Sus gritos resultan incómodos, como el sacerdote que asesinaron hace 8 días en San Cristóbal”, expresó Sánchez Espinosa, señalando que el activismo del sacerdote habría incomodado a grupos criminales.
La Arquidiócesis de Puebla ya había manifestado su postura enviando una carta de condolencias a la Arquidiócesis de San Cristóbal de las Casas el 23 de octubre, donde además de expresar su apoyo, condenó el hecho y exigió justicia.
El pronunciamiento del arzobispo coincide con una serie de hechos violentos ocurridos en Puebla durante el fin de semana, incluyendo un homicidio en el estacionamiento del Walmart de Las Ánimas y el hallazgo del cuerpo sin vida del joven Luis Ángel en el río Atoyac, quien había desaparecido tras visitar el bar Una y Ya en la avenida Juárez.
“Mucha gente muerta por la violencia, por la inseguridad”, lamentó el arzobispo, enfatizando que esta realidad afecta a todo el país, pese a que las autoridades sostienen lo contrario.
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